La Inteligencia Artificial (IA)como un dinamizador de futuros, plantea desafíos cruciales en el ámbito de la investigación y la formación de profesionales. En un mundo en constante cambio, las universidades se alistan para preparar a las futuras generaciones para empleos y roles de liderazgo que aún no existen.

A nivel internacional, la IA impacta en ámbitos como la salud o la agricultura. “Sabemos que se utiliza en el diagnóstico utilizando el análisis de imágenes para identificar patrones y características que pueden ser indicativos de enfermedades. En la agricultura se utiliza para la optimización de cultivos o la identificación de enfermedades en plantas, lo que puede repercutir positivamente en el mejoramiento de la producción agrícola y por ende en la seguridad alimentaria”, detalló Jorge Herrera, vicerrector de Investigación de la Universidad Nacional (UNA).

La IA desempeñará un papel crucial en la investigación universitaria del futuro al revolucionar la forma en que se generan, analizan y aplican los conocimientos.

La IA puede acelerar significativamente la búsqueda y el análisis de datos, permitiendo a los investigadores procesar grandes conjuntos de información en cuestión de minutos o incluso segundos. Esto no solo aumentará la eficiencia de la investigación, sino que también facilitará el descubrimiento de patrones y relaciones ocultas en datos complejos, lo que conduciría a avances científicos más rápidos.

“Hace 50 años nuestro reto más grande era localizar terremotos, había pocas estaciones de planta para hacerlo, ahora la localización se volvió trivial y sabemos que están ubicados en los márgenes de la placa, esto nos permite conocer la dimensiones y las zonas más activas del planeta. El desarrollo de una red neuronal para detectar terremotos, nos permite tener 13,5 terabytes de datos acumulados desde el 2010, que crece a como crecen los datos La IA nos permite analizar Big Data, y hacer predicciones y/o estimaciones precisas sobre procesos naturales, con esta cantidad de datos nosotros podemos exportar esas bases de datos y, con la aplicación de la tecnología, ver modelos que no nosotros o podemos ver”, explicó Esteban Chaves, investigador del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de la Universidad Nacional (Ovsicori-UNA).

El análisis de datos y prospectiva de la investigación y construcción de escenarios futuros que permitan la anticipación de distintos impactos, cita Herrera, ya se refleja en otra área que presentan grandes desafíos como lo es el cambio climático, “se aplica en el monitoreo y predicción del cambio climático, la conservación de la biodiversidad y la gestión sostenible de recursos naturales”.

Desde la investigación universitaria, Herrera afirma que la IA se está utilizando para mejorar la eficiencia, la precisión y la innovación. “Se utiliza para analizar grandes cantidades de datos, crear modelos y automatizar tareas. En las ciencias naturales, se desarrollan nuevos medicamentos, materiales y energías renovables. En las ciencias sociales, se estudia el comportamiento humano, la economía y la política. En ingeniería, se diseñan nuevos productos y sistemas. Es una herramienta que está facilitando la toma de decisiones gubernamentales y estratégicas en diversos ámbitos de la vida, las organizaciones y las empresas”.

Academia a la vista

Otro de los ámbitos que tendrá gran impacto es el de la educación.” La IA está aportando una gran cantidad de herramientas que permiten personalizar la enseñanza, lo que potencialmente puede contribuir a la adaptación de programas y el currículo educativo más ajustados a las necesidades individuales de las personas estudiantes. Mayor disponibilidad de recursos en línea, plataformas de educación en línea que pueden ofrecer experiencias de aprendizaje más interactivas y personalizadas. De igual forma la IA puede hacer que la educación superior sea más accesible al ofrecer opciones de aprendizaje en línea, lo que puede democratizar el acceso a la educación de calidad”, dijo Herrera.

Para Willy Castro, de la Vicerrectoría de Docencia, el uso de la IA presenta grandes desafíos para la educación superior. “Tenemos que tener un análisis de cuáles son las tecnologías que realmente requerimos, y esto no pasa a la velocidad que se da en el mercado”.

Para Castro, existe la necesidad de transformar lo que hacemos en la academia. Si la IA toma las actividades más operativas, nos podemos dedicar más a la investigación. “¿Sustituirá la IA al docente? No, pero debemos transformar nuestro quehacer, y es probable que todavía nos sepamos lo que debemos o hacer”.

Castro asegura que la IA requiere del aporte del docente, aunque la innovación no es exclusiva de este profesional. “Los procesos de transformación docente y capacitación, tiene que integrarse con gestores, académicos, administrativo, informáticos y estudiantes, todos debemos estar involucrados en este proceso para que sea efectivo”.

Para Chaves, el incluir la IA en la formación universitaria incluye otro reto: ¿Qué tipo de competencias queremos desarrollar en los estudiantes: consumidores o desarrolladores? En mi opinión se deben fortalecer bloques fundamentes como física, matemática y estadística, no podemos vender que la IA nos a solucionar todo con las bases que otros han puesto a nuestra disposición, así seriamos solo consumidores, tenemos que modernizarnos y modernizar nuestros planes de estudios para incluir programación y Big Data”.

Los desafíos éticos también representan un reto, expertos mundiales en IA como Sam Altman, Bill Gates y Elon Musk, advierten que los sistemas de AI están surgiendo vertiginosamente, y que la humanidad está en una urgencia por establecer rápidamente mecanismo de regulación prudentes.

“En el futuro, la IA seguirá siendo una herramienta fundamental para acelerar el avance científico, optimizar la gestión de recursos, abordar problemas globales y mejorar la calidad de vida. La colaboración interdisciplinaria entre la academia, la industria y el gobierno será esencial para maximizar el potencial de la IA en la investigación y el desarrollo del país. La inteligencia artificial tiene un potencial significativo para impulsar la investigación universitaria y contribuir al desarrollo del país en múltiples áreas. Sin embargo, es crucial abordar los desafíos éticos y garantizar un uso responsable de la tecnología para maximizar sus beneficios”, puntualizó Herrera.

Pensar el futuro

Durante el 11 y 12 de octubre se desarrollará el I Congreso nacional sobre estudios futuros en Costa Rica, a partir de las 8 a.m. en el auditorio Cora Ferro de la Universidad Nacional. Organizado por la Vicerrectoría de investigación y la Escuela de Planificación y Promoción Social de la Universidad Nacional, su relevancia radica en fundamentar la importancia creciente de la innovación científica y tecnológica, así como los retos del desarrollo económico el bienestar social y ambiental, los cuales traspasan una planificación de control y corto plazo, a una planificación que cuestiona el futuro.

 

Oficina de Comunicación de la Universidad Nacional, Costa Rica

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