Por Victoria Barceló
De lo que hagamos hoy depende nuestro futuro y el de las nuevas generaciones
Hoy día hay una conciencia ecológica que ha ido creciendo más en los últimos años, comenzando por el activismo social noviolento, el esclarecimiento y la denuncia de las malas practicas.
Al principio unas minorías toman conciencia del impacto que las acciones humanas, el estilo de vida y el marco productivo, tienen en el medio ambiente. Paulatinamente van sumándose mas personas y lo que empezó siendo impulsado por una minoría fue calando en la conciencia colectiva más y más, hasta que hoy día existe un mayor consenso sobre el tema del cuidado de la naturaleza, de nuestra casa común, porque en ello va nuestra supervivencia y la de las generaciones futuras.
Pero se escatima cierta información que considero fundamental y es la denuncia del impacto negativo que produce la fabricación de armamento y no se informa correctamente de las consecuencias de su uso, ni se denuncia a los verdaderos culpables, el capital militar industrial. Para mi la conciencia ambiental y conciencia de paz y noviolencia van de la mano. Se oculta a las poblaciones, por ejemplo, sobre cuanto contamina un arma y sobre como perjudican nuestro bienestar económico las grandes inversiones en armamento, presupuestos ingentes que sustraen a un bienestar social, es decir, en mejorar la salud y educación para todos.
Según información de la Vanguardia, España es el séptimo exportador de armas del mundo, en el primer semestre del 2020, nuestro país autorizó la exportación de armamento por un valor total de 22.544,8 millones de euros, el mas alto en los últimos 10 años.
Lo cierto es que los políticos están al servicio del gran capital y los medios de comunicación no informan de esta realidad que afecta al ciudadano y que, de conocerla, le haría tomar posición claramente mientras defiende sus propios intereses y el de sus iguales.
¿Te importa tu futuro?
Respecto al activismo por la paz y la violencia tenemos notables ejemplos y la constatación del hecho de que el ciudadanos de a pie, es el que padece las consecuencias de la violencia, estando a merced de intereses espurios.
Vemos como aumenta la violencia y se desatan guerras tan crueles que nos cuesta creer que haya seres humanos tan anestesiados, pero es así y no podemos asistir a este espectáculo sin sentir la necesidad de que Algo Hay Que Hacer , advirtiendo que estamos en el mismo barco y que si no se para la espiral de violencia, terminará afectándonos a todos.
Cada día es más evidente, que son los pueblos los que tenemos que confiar en nuestra fuerza e influencia y tomar acción comenzando por imaginar un futuro mejor para nosotros y los que vendrán. Tenemos muchos ejemplos en la historia que nos pueden inspirar en la construcción de la paz a través de la metodología de la noviolencia activa, tema para un próximo artículo.
Esta es la disyuntiva, paz creciente o destrucción creciente
Es una toma de conciencia sobre nuestro papel en este momento histórico que nos toca vivir, lo que nos da fuerzas para imaginar un futuro diferente al que nos quieren hacer creer y comenzar a dar los pasos para avanzar hacia una sociedad libre del la opresión de la guerra y de todo tipo de violencia.
Sólo un movimiento social internacional solidario y noviolento dará lugar al cambio que necesitamos. No se logrará la paz haciendo la guerra, ni con respuestas cada vez mas agresivas, en una escalada sin fin, eso sólo crea más sufrimiento a las poblaciones y desgraciadamente puede ocurrir en cualquier parte del planeta, como vemos cada día.
Hay una alternativa que tiene que ver con un cambio humano hacia la creación de una cultura de paz y con la toma de acción personal y social, por coherencia.
Te invitamos a que conozcas la 3ª Marcha Mundial por la paz y la noviolencia.