Colores, olores,

Humedecen el espacio.

Seres deambulan, observan, huelen.

Tocan, palpan formas irregulares.

Degustan mote con huesillos,

Aceitunas de mágicos valles.

Feriantes afanados

ofrecen sus mercancías.

Reciben valores en monedas,

entre gritos y multitudes.

Bebes embaulados

con cremas y helados,

de carrillos rojizos

asolados por el sol,

duermen en coches

correteados por el tiempo de otros.

Un domingo en la feria de abasto

es un viaje placentero

en la interrumpida naturaleza

acogida por el paladar.

Es el paseo dominguero

el mejor vestido,

el encuentro casual con el amigo,

la conversación espontánea,

Jugosa….

estimulada por los aromas.

Un día domingo en la feria es

tropezar con el porvenir,

es disponer futuros platos

en fuentes brillantes

decoradas sobre mesas

correctamente ornamentadas.

Por : Viviana Angélica Galeb Adriazola

Ciudad de La Serena, Chile