Lamentablemente, la mayoría de las decisiones que los gobiernos dicen tomar a nivel mundial, solo son movimientos para entretener a los ciudadanos y que veamos en ello que están haciendo algo para combatir lo que ellos mismos han provocado. Han diseñado una serie de puntos y de colores del arco iris muy bonito, con la intención de enmascarar las verdaderas decisiones globales que se toman a espaldas del mundo.
Desde el momento en que se han dejado fuera de la famosa Agenda a los pueblos indígenas, el fracaso es rotundo. Sin ellos el mundo no podrá recuperar la biodiversidad de nuestro planeta.
Si uno lee los 17 objetivos, puede darse cuenta de inmediato que ninguno de ellos se lleva a cabo ni se están realizando las gestiones necesarias para su cumplimiento, al contrario, vamos hacia atrás de una forma descarada y engañosa. Lo vemos en las llamadas COP que sólo sirven para que miles de funcionarios se lo pasen bien, visiten países, se reúnan como una feria mundial donde el folclore y los vinos son esenciales en todo momento y no se llega a ningún acuerdo efectivo por parte de nadie. Millones de euros en sus gastos de viaje, jets privados, numerosos aviones fletados para el evento con la consecuente contaminación y todo pagado por los ciudadanos.
Las deforestaciones continúan de una forma estremecedora, la pobreza aumenta, los conflictos bélicos se disparan ocasionando más pobreza y muertes, las aguas se siguen contaminando con pesticidas empleados en la agricultura intensiva, la salud de las personas se deteriora con una sanidad pública en el colapso, los refugiados que huyen de países en guerra y de dictaduras aumenta. La crisis climática avanza sin ningún control y creen, que poniendo unos colores y dibujos bonitos en los objetivos de la agenda, van a engañarnos. Miles de niños son secuestrados de sus familias para redes de la prostitución. Sólo en México, 21.000 niños desaparecen al año. Un drama descomunal y si lo ampliamos al mundo son millones. Y nadie hace nada. La denuncia realizada por el Director de cine Alejandro Monterverde en su película “Sonido de libertad”, ha encontrado numerosos problemas de financiación. Nadie quería. Todo un vacío diciéndole que no iba a triunfar. Sin embargo ha triunfado. Las plataformas más importantes de películas se han negado a que entre en sus repertorios. ¿Por qué?
Estamos muy lejos de la realidad que nos han querido vender de la Agenda 2030 a espaldas de las sociedades mundiales. Pedro Baños, Coronel del ejército español en la reserva, lleva escritos numerosos libros sobre la estrategia de los estados en el control del mundo y la geopolítica. En su último libro “La encrucijada mundial”, dedica un capítulo completo a la Agenda 2030: “Entre la utopía y el maxicontrol social mundial”. No tiene desperdicio, ni éste ni todos los capítulos que contiene el libro que además pretende ser un manual del mañana. Entre muchos datos escalofriantes nos dice: “Una última crítica desde el ámbito partidario de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es la periodista española Laura Olías, quién también señala las incoherencias de la ONU en la Agenda 2030. Los mismos países que aprueban los ODS, bloquean cualquier mecanismo de control de la evasión fiscal. Según Olías, es incoherente establecer unos ODS que aboguen por la Paz mundial y un mundo sin guerras y a la vez, los países más ricos venden armas a sectores involucrados en conflictos bélicos en las naciones más pobres”.
Debemos abrir los ojos y saber lo que los gobiernos están haciendo con nuestro planeta. No debemos permitir que nos engañen de esta forma macabra y que los objetivos de la Agenda se vayan hundiendo cada vez más deprisa en el fango de la inconsciencia política. No se están dando pasos importantes para que tengamos un mundo mejor. Al contrario, el aumento de los conflictos bélicos entre ellos el reciente de Israel y Palestina, nos hacen sumirnos en una inestabilidad peligrosa, en un futuro incierto donde un error puede desembocar en una guerra mundial. ¿Un mundo sin guerras?
Se siguen asesinando a líderes indígenas sin ningún pudor, a defensores del medio ambiente. Se sigue destruyendo nuestro mundo y agotando los recursos naturales de una forma precipitada y sin respeto a nada ni a nadie. La ONU dice muchas palabras buenas, pero los países las ignoran. Son responsables directos de la crisis climática y se escudan en eventos, cumbres y jornadas para distraer la atención de sus verdaderas manos manchadas de sangre.
A los ciudadanos se les limita la entrada en ciudades con sus coches antiguos o de diesel, a pesar de haber pasado el control de la ITV donde se les certifica que no contaminan. ¿Por qué se les obliga a comprar un vehículo nuevo cuando han sido responsables en mantener el suyo en buenas condiciones? ¿Acaso se creen que todos los ciudadanos pueden comprarse un vehículo nuevo con el gran costo que ellos suponen, sin contar la subida de los alimentos, la luz, el gas, los alquilares…? ¿Y el costo en recursos naturales que supone un coche nuevo y encima el uso de baterías para los coches eléctricos que están ocasionando la destrucción de muchos lugares en busca de los minerales esenciales? Pero claro, ellos si pueden seguir viajando en cómodos coches y en aviones privados que contaminan muchísimo más que un diesel con su ITV pasada. Es una gran hipocresía que solo se benefician las grandes multinacionales de venta de coches.
Siento mucho que tengamos esta perspectiva tan caótica y que para algo que teníamos bonito para nuestras sociedades y generaciones futuras, sea sólo una estampa virtual de ilusión, un engaño que es necesario conocer para así poder comprender la verdad.
Es gracioso ver el pin que llevan muchos políticos y que en la próxima COP 28 en Dubai (Arabia Saudí), un país que tiene el 20% de las reservas mundiales conocidas hasta el momento de petróleo, todos lo llevarán en sus solapas. Es un símbolo ya del fracaso institucional mundial.
¿Qué podemos hacer? Nada. Solo al menos conocer la verdad y no ser engañados. Mientras que exista el actual sistema político, nos encaminamos hacia la rotura de la brújula que debería marcar nuestro rumbo. ¿Y quién puede cambiar el sistema? Ellos. Nos encontramos en un bucle donde no hallamos una salida fiable. Algunos dirán que la sociedad, pero no. Por desgracia está muy ocupada por mantenerse a flote en la subida de los precios y todos los problemas que se derivan de ello. Nos mantienen desinformados los medios de comunicación y el poder es capaz de tenernos a raya como se hizo con el Covid, violando los derechos fundamentales de las personas y encerrándonos en nuestras casas convertidas en jaulas.
Pero bueno, al menos tenemos una agenda muy bonita, con unos objetivos maravillosos para que cerrando los ojos, podamos soñar con nuestro futuro robado.