Este sábado 9 de Septiembre tendrán lugar en las Maldivas elecciones generales, en las que el presidente en ejercicio, Ibrahim Mohamed Solih, buscará la reelección para un segundo mandato de cinco años.
Otros contendientes son el el alcalde de la capital Malé, Mohamed Muizzu, del Partido Progresista de Maldivas (PPM), Ilyas Labeeb, antiguo legislador del MDP de Solih, candidato de los Demócratas, el ex Ministro de Defensa y Seguridad Nacional y líder del Partido Nacional de Maldivas (MNP) Mohamed Nazim y Qasim Ibrahim, ex presidente del Majlis (Parlamento unicameral) y ex ministro de Asuntos Internos, nominado por el Partido Republicano. También compiten como candidatos independientes Ahmed Faris Maumoon, Umar Naseer y Hassan Zameel.
La contienda principal se da entre el centrista prooccidental Solih, promovido por el partido Democrático de Maldivas (MDP), quien lleva como bandera la “restauración de las libertades democráticas”, frente a Muizzu, que reemplaza en la candidatura partidaria al ex presidente Yameen, de tendencia islamista conservadora, que cumple una condena de 11 años en la cárcel por corrupción y lavado de dinero.
Según conteos preliminares, el opositor Muizzu llevaría ventaja sobre el oficialismo, pero al no contar con más del 50% de los votos, se realizará una segunda vuelta el 30 de septiembre.
Alrededor de un 20% no concurrió a las urnas, un número de votantes menor a la cifra de participación en elecciones anteriores.
El telón de fondo está dado, como en otras regiones, por la disputa geopolítica. El anterior presidente Yameen, señalado por restringir las libertades civiles en su mandato y perseguir opositores, se alejó de los parámetros tradicionales de las relaciones exteriores de Maldivas con India, situada a unos 450 km., estableciendo una cooperación estratégica con la República Popular China.
El país se halla en el trayecto marítimo de la Iniciativa de la Franja y la Ruta y adhirió al proyecto en el transcurso del mandato de Yameen recibiendo inversiones en infraestructura como el «Puente de la Amistad China-Maldivas» (actualmente Puente Sinamalé) que une la capital Malé con el atolón de Hulhulé, sobre el que se encuentra su aeropuerto internacional, a lo que se agrega un tratado de libre comercio con la potencia asiática en 2017.
Por su parte, los Estados Unidos, entre otros programas, ha provisto desde 2018 a través de la iniciativa de la Bahía de Bengala asistencia financiera y militar para fortalecer las capacidades marítimas de Bangladesh, Sri Lanka y las Maldivas.
El archipiélago, situado en el Oceáno Índico al sudoeste de Sri Lanka, consta de 1200 islas, de las cuales tan solo 203 están habitadas. Su nombre proviene probablemente del sánscrito माला mālā (guirnalda) y द्वीप dvīpa (isla), o මාල දිවයින Maala Divaina («Islas del collar») en cingalés.
Entre las principales preocupaciones de los algo más de 300 mil habitantes de los atolones que componen el país está no solo la corrupción, sino también el devastador efecto que podría tener el cambio climático, en un territorio cuya altitud máxima es la más baja del mundo, a 2,3 metros sobre el nivel del mar, característica que lo hace particularmente vulnerable al avance del océano hacia tierra firme, lo que podría ocasionar la necesidad de migración forzada de la población.