UNICEF informó el viernes 29 que al menos 990 personas, incluidos niños, murieron o desaparecieron al intentar cruzar el Mediterráneo central, es decir, el triple de personas que en el año 2022.
Por su parte, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) señalan que unos 2308 refugiados y migrantes perdieron la vida o desaparecieron entre setiembre de 2022 y principios de agosto de 2023 en esa zona.
La agencia para la infancia señala que los niños viajan en embarcaciones precarias y abarrotadas, con sistemas de rescate débiles y descoordinados. Casi 1000 personas desaparecieron el verano pasado.
Los migrantes huyen de la guerra, los conflictos, la violencia y la pobreza. Sin embargo, al llegar al destino, los menores no acompañados se exponen al riesgo de ser explotados y sufrir abusos, siendo los niñas y niños de Africa subhariana los más expuestos.
«El mar Mediterráneo se ha convertido en un cementerio para los niños y su futuro. El devastador número de niños que buscan asilo y seguridad en Europa es el resultado de decisiones políticas y de un sistema migratorio roto. Una respuesta a escala europea para apoyar a los niños y un aumento sostenido de la ayuda internacional son necesarios para evitar que más niños sufran», dijo la directora regional de UNICEF para Europa y Asia Central y coordinadora especial para la Respuesta a los Refugiados y Migrantes en Europa.