Este 23 de agosto tienen lugar elecciones generales en Zimbabue para elegir presidente y los miembros de ambas cámaras del Parlamento.
Once candidatos se disputarán la presidencia, entre ellos el actual presidente Emmerson Mnangagwa (ZANU-PF) de 80 años, quien va por su reelección y su principal rival, el líder de la oposición Nelson Chamisa (45), de la Coalición Ciudadana por el Cambio (CCC).
Tan solo una mujer compite por la máxima magistratura, Elisabeth Valerio, impulsada por la Alianza Unida de Zimbabwe (UZA), quien ganó la apelación ante la Comisión Nacional Electoral que inicialmente rechazaba su candidatura.
Esta será la novena elección desde la independencia del país en 1980, en la que Robert Mugabe accedió al poder, para luego dirigir el país durante los siguientes veintisiete años.
La población de Zimbabwe supera largamente los 15 millones y según el censo de 2022, los menores de 35 años representan más del 60% de los habitantes.
Sin embargo, tan solo 6,5 millones de personas se han inscrito para votar, muchos de ellos por primera vez, en los 12.340 colegios electorales de las 10 provincias del país.
El pueblo atraviesa difíciles condiciones económicas que incluyen una elevada tasa de desempleo y una alta inflación, lo que augura una puja estrecha entre la pretensión de continuidad en el gobierno del partido histórico de la liberación nacional (ZANU-PF) y la oposición.
El ZANU-PF, que ha conducido los destinos del país desde su misma independencia, tiene un fuerte apoyo en la zona rural mientras que la necesidad de un cambio es impulsada fundamentalmente por sectores urbanos.
Decisiva será la participación de la juventud, que ha sido promovida por organizaciones civiles como el Proyecto Vota 263, una iniciativa dirigida por jóvenes para fomentar la asistencia a las urnas, y que ha llevado a cabo actividades de educación electoral con la colaboración de reconocidos artistas, deportistas, visitas domiciliarias y conciertos.