Miles de científicos en el mundo se dedican todos los días a ampliar los conocimientos objetivos y verificables en los que avanzamos como humanidad. Pese a esto, siguen existiendo personas que deciden negar los resultados generados a través de este método. Uno de los casos emblemáticos de este fenómeno tiene relación con la creencia de que la Tierra es plana, pero también pasó con las vacunas desarrolladas para combatir el COVID-19 y se ha mantenido por décadas el negacionismo del cambio climático, pese a la abundante evidencia y la realidad que enfrentamos hoy.
El negacionismo científico no solo perjudica a quienes trabajan en este ámbito, sino que también a toda la población, ya que se comienzan a cuestionar decisiones que países y organizaciones toman en base a esta generación de conocimiento. Así lo explica el académico de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile e investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, Pablo Sarricolea Espinoza, quien asegura que “a nivel tanto nacional como internacional, la idea de aumentar el negacionismo sobre el cambio climático, por ejemplo, tiene que ver con frenar, ralentizar la posibilidad de que tengamos políticas ambientales”.
El director del Núcleo Milenio de Materia Activa y académico del Departamento de Física de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la U. de Chile, Rodrigo Soto, agrega que “acá hablamos de negacionismo científico y no de ignorancia científica. Es decir, de gente que tiene acceso a la información y, muchas veces por interés, decide no tomar en cuenta esa evidencia”.
Por su parte, el profesor del Departamento de Astronomía de la Casa de Bello e investigador del Centro de Astrofísica CATA, Valentino González, asegura que el negacionismo, “en general, no se trata de un problema de desconocimiento de los resultados científicos, sino de una actitud más bien emocional respecto de la ciencia y el conocimiento que genera”,
La académica del Departamento de Geografía de la Universidad de Chile, María Christina Fragkou, plantea además que al negacionismo científico se suman “las noticias falsas y las teorías de conspiración, que también le gustan mucho a una gran parte de la sociedad”.
Cómo combatir en negacionismo
En la Cámara de Diputadas y Diputados, pese a que finalmente se aprobó el proyecto para concientizar sobre las consecuencias de la crisis climática, lo mismo que cuando se reconoció la evidencia científica que prueba la incidencia de la acción humana en el cambio climático, en ninguno de los casos la aprobación fue unánime y más de una treintena de parlamentarias y parlamentarios votaron por negar la evidencia científica y por no informar a la población sobre la crisis climática.
Al respecto, la profesora Fragkou asegura que “este tipo de acciones, este tipo de mensajes, muy fuertes por parte de las autoridades políticas, minimizan muchísimo el tema ambiental y el tema del cambio climático». En este sentido, advierte que «en un país donde las autoridades políticas no pueden priorizar estos temas y no priorizan la información a la ciudadanía como el primer requisito para que la gente pueda accionar frente al cambio climático, cuando la casta política niega a las personas este derecho a información, es una pésima señal para nuestro futuro y la conciencia de los niños y niñas en el futuro sobre temas ambientales y la confianza en la ciencia”.
El astrónomo Valentino González añade que “el negacionismo científico es dañino en general, pero es particularmente alarmante cuando se trata de un problema serio para el futuro de nuestro planeta y más aún cuando quienes reniegan del conocimiento científico son legisladores que podrían hacer algo al respecto”. Destaca, en esta línea, que “hay estudios que muestran que no basta con presentarle los hechos científicos a los negacionistas, es necesario educar, pero no solo sobre los hechos, sino sobre cómo funciona el quehacer científico. Eso puede aumentar la confianza en la ciencia y sus resultados”.
Eugenia Gayó, académica del Departamento de Geografía de la U. de Chile e investigadora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, sostiene por su parte que el negacionismo científico hay que combatirlo “poniendo el contexto histórico por delante, tratando de relevar las evidencias que dan cuenta que, desde la Revolución Industrial hasta ahora, el clima ha cambiado rápidamente y de forma sin precedentes».
«Como parte de mi compromiso en esto, he participado en varias ocasiones como revisora experta de los informes IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), los cuales justamente buscan entregar la evidencia científica que permita informar a los tomadores de decisiones”, agrega la profesora Gayó.