Hiroshima no solamente clama por la memoria, es un 6 de agosto que busca una respuesta coherente y valiente desde el futuro, es un hito que no solo necesita resolverse en la teoría de derechos humanos, no solo en la deliberación de la justicia internacional, ni siquiera en el reconocimiento y el pedir perdón desde la sociedad que dejó caer la fatídica bomba sobre una comunidad de civiles.
Aquel acto de asesinato masivo, sólo fue posible desde una sociedad y un momento histórico con una conciencia humana atrapada en el nihilismo, en la negación de la esencia humana. Ese contexto psicosocial y las bombas arrojadas en 1945, desatan una ola hasta el presente de desintegración social, de gobernanzas por un poder colmado de irracionalidad e insensibilidad, varias generaciones cubiertas con un manto de sufrimiento y sin sentido. Un desarrollo tecnológico apropiado por una elite desquiciada, que ha vaciado su origen de búsqueda de aporte a la felicidad común.
Este 6 de agosto, nos conmina por la revolución que salte por sobre la nada, y que colectivamente reencuentre el camino en el futuro más próximo que nos permita dejar atrás la pre historia humana.
Ese futuro cálidamente humano, es el que le da sentido a la memoria, a la conmemoración que hoy nos reúne, y que estrecha nuestros lazos, que paradójicamente, nos abren las infinitas opciones que recorrerán nuestras descendencias.
Que así sea.
Paz en el corazón y luz en el entendimiento.
Gracias especiales a las intérpretes Butoh que con su danza nos recuerdan la persistencia de la vida.
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Hoy a mediodía entregamos una carta en La Moneda, por alto al fuego y solución diplomática del conflicto OTAN-Rusia.
Agradecemos a todas las organizaciones que hoy se autoconvocaron: Coordinadora contra 3GM @cubo.soma21 / @mundosinguerraschile
@schillerschule.vdp
