En Sudán se vienen desarrollando combates mortales desde que estalló la guerra interna hace cuatro meses. Lucha por una parte el Ejército sudanés y, por la otra, el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido. La confrontación armada no muestran signos de que vaya disminuyendo.
La violencia que golpea a Omdurman, la segunda ciudad más poblada de Sudán, ha ido en aumento debido a que ambos bandos en conflicto se disputan el control de un puente que cruza el río Nilo, cuyo caudal es utilizado por el grupo paramilitar para transportar sus armas.
El sistema de salud desde hace semanas está al borde del colapso, debido a que las instalaciones médicas han sido atacadas por los combatientes de manera sistemática.
Las Naciones Unidas declararon el viernes que el conflicto en Sudán ya ha provocado que 24 millones de personas, la mitad de la población del país africano, tengan necesidad de recibir ayuda humanitaria, o de otro tipo, aunque solo 2,5 millones han podido recibir algún tipo de asistencia.
También más de cuatro millones de personas se han visto obligadas a desplazarse y migrar a otras partes del país o definitivamente a otros países. La mayoría de esas personas migrantes se han refugiado en el vecino Chad. Los refugiados de la región de Darfur Occidental lamentaron la desesperante situación de la que se vieron obligados a huir.