La organización internacional Vía Campesina denunció que la propuesta de la Comisión Europea presentó una propuesta de nuevo marco reglamentario para los organismos genéticamente modificados (OGM) que favorece la biopiratería.
La propuesta presentada el 5 de julio pretende generalizar la biopiratería y la privatización de todas las semillas por parte de las empresas titulares de patentes, en detrimento de los derechos campesinos.
La Coordinadora Europea Vía Campesina (ECVC), que representa a los campesinos europeos, pide al Parlamento Europeo y al Consejo que rechacen la propuesta que consideran inaceptable.
Para ECVC el objetivo de la propuesta es sacrificar la agricultura campesina y biológica libre de transgénicos, que se verá condenada a desaparecer a pesar de la creciente demanda de los consumidores.
Todo nuestro abastecimiento alimentario pasará a estar bajo el control de cuatro o cinco empresas mundiales de semillas que poseen las patentes sobre las principales técnicas transgénicas y genes de interés agrícola o industrial.
Además, la ECVC acusa a la Comisión de haber roto sus promesas al buscar eliminar las pocas salvaguardias que existían sobre la comercialización de plantas tolerantes a herbicidas.
ECVC pide al Consejo y al Parlamento Europeo que rechacen firmemente esta escandalosa propuesta y que mantengan una regulación estricta y la trazabilidad de todos los OGM.
Sobre los OGM que resultan de las «nuevas técnicas genómicas»
La ECVC argumenta que la Comisión Europea pretende suprimir la trazabilidad de estas técnicas y eliminar los requisitos de etiquetado para los alimentos derivados de estos OGM.
Eso ayudará a las empresas de semillas a vender estos productos a la gran mayoría de consumidores que deciden no comprar los OGM.
La Comisión propone normas tan complejas que las hacen inviables. Al suprimir la obligación de trazabilidad, aniquilan intencionalmente todos los medios para verificar la aplicación de estas normas.
Las voces de la industria semillera afirman que sus OGM no se pueden distinguir de las plantas derivadas de la selección tradicional no patentable cuando esto conviene a sus intereses.
Sin embargo, emplean un arsenal de técnicas para identificar sus genes patentados y cualquier posible infracción sobre sus patentes.
La propuesta de nuevo reglamento permitirá que la industria declare que sus semillas obtenidas mediante “nuevas técnicas genómicas” no son fruto de estas técnicas evitando ser auditadas.
La consecuencia será que los consumidores perderán su derecho a la información sobre lo que comen, así como su derecho de elección sobre comer alimentos libres de OGM.
La pérdida de trazabilidad de los nuevos OGM y, en consecuencia, las patentes sobre sus genes, permitirá a las empresas titulares de estas patentes confiscar las semillas disponibles.
Esto resultará al ampliar el alcance de sus patentes a los genes existentes en la naturaleza y en las semillas campesinas y tradicionales.
Los agricultores perderán su derecho a utilizar, seleccionar e intercambiar sus propias semillas y se verán obligados a comprar semillas industriales caras, dependientes de los fertilizantes y pesticidas y mal adaptadas a sus condiciones locales de cultivo.
Cabe agregar que se ya no se evaluarán los riesgos para la salud, el medio ambiente y la agricultura generados por cualquier manipulación genética artificial.
Además, los impactos de la desregulación sobre el derecho europeo de patentes nunca han sido evaluados por la Comisión Europea.
Foto: La República.