La tecnología de la inteligencia artificial (IA) se proyecta como alternativa para “ahorrar minutos” a la hora de predecir un fenómeno meteorológico adverso.
Actualmente, los incendios sin control en el Mediterráneo, las inundaciones en Italia y las de hace dos veranos en Alemania y Bélgica son ejemplos de cómo el cambio climático en el continente europeo está recrudeciendo las catástrofes naturales, cuya prevención es vital para salvar vidas. En este sentido, la inteligencia artificial se postula para mejorar su predicción.
Aunque muchas han sido las polémicas en los últimos meses sobre el desarrollo y la aplicación de este tipo de tecnología, también su uso puede tener aspectos positivos. Según la experta en protección civil Marta Imperiali, que trabaja desde hace 14 años en el Centro de Coordinación de Respuestas a Emergencias de la Unión Europea, en Bruselas, la inteligencia artificial va a permitir ahorra tiempo a la hora de predecir un fenómeno meteorológico adverso y así comunicarlo a la población de la zona afectada.
Imperiali señala que aunque los sistemas de predicción que actualmente usan en el Centro de Coordinación de Respuesta a Emergencias son “muy precisos”, sí que es cierto que la inteligencia artificial puede ayudar a “rellenar” algunos vacíos de datos meteorológicos, sobre todo en lugares como África.
Un artículo publicado en julio en la revista de divulgación científica Nature informó que ya se han desarrollado dos modelos de inteligencia artificial capaces de predecir el tiempo que, por primera vez, alcanzan la misma precisión que los modelos físicos y matemáticos tradicionales.
Uno de ellos es el modelo de IA bautizado como Pangu-Weather, desarrollado por científicos de la tecnológica china Huawei, y que se ha demostrado capaz de predecir el tiempo a escala global con hasta una semana de antelación, tras haber sido entrenado durante 39 años con datos meteorológicos mundiales.
Lo cierto es que la inteligencia artificial se ha utilizado en distintos campos como la robótica, las ciencias de la computación, las finanzas, la salud, los sistemas de transporte autónomos, el mundo de los videojuegos y las comunicaciones, y promete seguir su desarrollo y alcance mundial.