El Presidente brasileño Lula da Silva presentó su plan para terminar con la deforestación de la Amazonía en el año 2030.
Junto a la Ministra de Medio Ambiente Marina Silva, realizaron el anuncio como parte de las iniciativas tomadas por el Gobierno para combatir el cambio climático.
“Debido principalmente a la selva amazónica, Brasil es en gran parte responsable del equilibrio climático a nivel mundial», señaló el Presidente. «Por lo tanto, detener la deforestación en la Amazonía es también una forma de reducir el aumento de la temperatura global. Soy consciente de lo que implica el desafío de terminar con la deforestación para 2030, pero este es un desafío que estamos decididos a lograr”.
El Gobierno brasileño promete crear tres millones de hectáreas de nuevas reservas naturales y confiscar tierras a los propietarios que deforesten. Para lograrlo el Gobierno cuenta ahora con un plan específico contra la deforestación en la Amazonía, presentado simbólicamente en el Día Mundial del Medio Ambiente.
El anuncio de Lula da Silva se produjo simultáneamente a la conmemoración de los familiares y amigos del indigenista brasileño Bruno Pereira y del periodista británico Dom Phillips, por el aniversario de sus muertes. Pereira y Phillips fallecieron en junio de 2022 al ser baleados en una zona lejana de la Amazonía brasileña, mientras investigaban sobre las amenazas que enfrenta la selva tropical y las tribus indígenas aisladas que la habitan. Varios sospechosos de sus muertes siguen encarcelados a la espera de juicio, incluido el supuesto autor intelectual que se supone es el líder de una organización criminal de pesca ilegal que opera en la región.
La esposa de Dom Phillips, Alessandra Sampaio, dijo que “hemos recibido amenazas de muerte a través de cartas y por teléfono. ¿Cuándo va a terminar esto? ¿Cuándo va a terminar esto? ¿La muerte de Dom y Bruno no fue suficiente? […] Estamos en un punto en el que no podemos seguir ignorando la violencia que acecha a la Amazonía. Es sumamente importante que estemos más atentos”.
El plan presentado tiene como objetivo llegar a la deforestación cero dentro de siete años y para ello traza 194 líneas de actuación. Destacan, entre otras medidas, la creación de tres millones de hectáreas de nuevas reservas naturales o la protección de 230.000 kilómetros de riberas de los ríos. El Gobierno también quiere embargar el 50% de la tierra deforestada ilegalmente, ampliar el número de bases estratégicas, comisarías y aviones de la Policía Federal y las Fuerzas Armadas en la Amazonía, crear alertas diarias de deforestación y contratar a 1.600 analistas ambientales antes de 2027.
El programa no se basa únicamente en reprimir los crímenes ambientales, también trata de ofrecer una alternativa económica a los millones de brasileños que viven en la Amazonía, impulsando la bioeconomía, el turismo sostenible y la agricultura familiar.