En el marco del 53° período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, se dio a conocer el informe anual de la labor realizada por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) en Ginebra y Nueva York y sobre el terreno entre el 1 de julio de 2022 y el 1 de marzo de 2023.

En marzo de 2023, el ACNUDH tenía 101 presencias de derechos humanos sobre el terreno en todo el mundo.

En sus conclusiones, el informe destaca:

«Los retos en materia de derechos humanos a los que se enfrenta el mundo en la actualidad son enormes y están interrelacionados. La crisis climática, que amenaza la propia supervivencia y el futuro de las generaciones venideras, no se puede ignorar. La comunidad internacional no puede hacer la vista gorda ante los conflictos, la violencia y las crisis humanitarias actuales, como en el Afganistán, Haití, Myanmar, el Sudán, la República Árabe Siria y Ucrania, que han causado un número incalculable de víctimas, sufrimiento y desplazamientos, ni puede desatender la necesidad de justicia social y dignidad humana, que son fundamentales para la paz y el desarrollo.»

En relación a la pandemia de COVID-19, se señala la importancia en su disminución de la introducción de vacunas y tratamientos eficaces. Sin embargo, en muchos países siguen escaseando las dosis y
puede resultar difícil acceder al tratamiento. Se indica además que la pandemia ha tenido un efecto devastador en muchos niños y jóvenes, y el camino hacia la recuperación de la devastación económica causada por la pandemia de COVID-19 en muchos sectores será largo y difícil. Del mismo modo, continúa, «la pandemia ha trastornado todos los aspectos de la vida humana, desde la salud y la educación hasta la economía y la seguridad. También ha puesto de manifiesto y exacerbado las profundas desigualdades que asolan el mundo.»

En el párrafo siguiente, se informa que «el retroceso en los derechos de las mujeres y la igualdad de género ha ido en aumento y afecta a todas las esferas de la vida de las mujeres. También han aumentado
los ataques contra los derechos de las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales. En algunos casos, el discurso contra la igualdad de género se entremezcla con sentimientos y relatos contra los migrantes, racistas, xenófobos, transfóbicos y homófobos.»

«Esa tendencia está socavando la universalidad y los principios fundamentales de los derechos humanos, entre ellos la no discriminación y la igualdad de género. Se debe defender los derechos de las mujeres y las niñas, en toda su diversidad, y promover su participación plena y en igualdad de condiciones en la adopción de decisiones.»

Por otra parte, el texto dado a conocer dedica un párrafo entero de sus conclusiones a señalar los posibles graves riesgos para el disfrute de los derechos humanos por la magnitud sin precedentes del progreso en el mundo digital.

«Cada día se producen avances tecnológicos. El progreso en inteligencia artificial evoluciona a una
velocidad pasmosa, la tecnología capaz de leer y manipular la mente ya no es ciencia ficción descabellada, el discurso del odio y la desinformación siguen prosperando, sobre todo en Internet, y la tecnología de realidad aumentada y virtual está mejorando. Con esas tendencias, los retos en materia de derechos humanos no harán sino agudizarse. Es hora de incorporar el lenguaje común de los derechos humanos a la manera en que se regula, gestiona, diseña y utiliza la tecnología nueva y emergente. Las salvaguardias para proteger los derechos humanos deben estar firmemente implantadas en las fases de concepción de la tecnología y a lo largo de todo su ciclo de vida. Esas barreras son una condición sine qua non para una tecnología al servicio de la humanidad y del interés general.», señala la publicación.

A continuación, el texto afirma de manera enfática: «Los derechos humanos no son un lujo ni un privilegio. Son valores universales que surgieron de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial, de la determinación de evitar que tales atrocidades volvieran a repetirse. Son obligaciones jurídicas en virtud de las cuales los Estados deben respetar, proteger y hacer efectivos los derechos de todas las personas sin discriminación. Son una brújula moral que guía a todos hacia un mundo más humano y sostenible.»

Por último, se hace un llamamiento a aprovechar la oportunidad de cumplirse el 75º aniversario de la aprobación de la Declaración Universal de Derechos Humanos y el 30º aniversario de la aprobación de
la Declaración y Programa de Acción de Viena, para revitalizar el consenso mundial sobre los derechos humanos que dio lugar a la aprobación de la Declaración Universal de Derechos Humanos y de basarse en los sólidos logros realizados desde entonces.

Con su iniciativa “Derechos Humanos 75”, el ACNUDH trata de promover la universalidad y la indivisibilidad de los derechos humanos, mirar hacia el futuro y reforzar el ecosistema de los derechos humanos en 2023.

Invertir en los derechos humanos es no solo un deber, sino también una sabia elección, por la salud, la seguridad, la prosperidad, el medio ambiente y, en definitiva, el bienestar de todos.