Un reciente estudio revela cómo los viajes espaciales causan daños en el cerebro humano, debido a las preocupaciones en los astronautas.
Científicos revelan que los astronautas que viajaron a la Estación Espacial Internacional o en transbordadores espaciales en misiones de al menos seis meses experimentaron una expansión significativa de los ventrículos cerebrales, espacios en medio del cerebro que contienen líquido cefalorraquídeo, según un estudio publicado el jueves en la revista Scientific Reports.
Este líquido que fluye dentro y alrededor del cerebro y la médula espinal amortigua el cerebro para protegerlo de impactos repentinos y elimina los desechos.
En este marco, los investigadores descubrieron que los ventrículos tardaban tres años en recuperarse totalmente tras esos viajes, lo que sugiere que sería aconsejable un intervalo de al menos esa duración entre misiones espaciales largas.
“En la Tierra, nuestros sistemas vasculares tienen válvulas que impiden que todos nuestros fluidos se acumulen en los pies debido a la gravedad. En microgravedad, ocurre lo contrario: los fluidos se desplazan hacia la cabeza. Este desplazamiento de los fluidos hacia la cabeza probablemente provoca la expansión ventricular y el cerebro se asienta más alto dentro del cráneo”, explicó Rachael Seidler, profesora de Fisiología Aplicada y Kinesiología, de la Universidad de Florida, y autora principal del estudio.