El 20 de junio de 2001 fue el primer día en el que el mundo conmemoró el Día Mundial del Refugiado. La fecha fue elegida por el aniversario número 50 de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951. Esta Convención, creada tras la Segunda Guerra Mundial, se definió quién es un refugiado y se establecieron, entre otras cuestiones, las responsabilidades de los Estados que acogen personas refugiadas.
Año tras año, cada 20 de junio se ha convertido en ocasión para denunciar las situaciones de vulneración de derechos que viven las personas refugiadas pero también, para impulsar políticas públicas que garanticen una vida digna para todas ellas, así como para promover la integración en las sociedades de llegada y la empatía y consideración ante sus difíciles circunstancias.
Como lo enfatiza ACNUR- Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, «con el Día Mundial del Refugiado se subrayan los derechos, las necesidades y los sueños de las poblaciones refugiadas y desplazadas; de ese modo, se fomenta la movilización de recursos y de la voluntad política para que, más allá de sobrevivir, estas poblaciones logren prosperar. Si bien es necesario proteger y mejorar las condiciones de vida de las poblaciones refugiadas y desplazadas todos los días, las fechas internacionales como el Día Mundial del Refugiado ayudan a centrar la atención mundial en la difícil situación de quienes huyen de conflictos o persecuciones».
En este año 2023, el Día Mundial del Refugiado tiene el lema “Esperanza lejos del Hogar. Por un mundo inclusivo con las personas refugiadas” y todas las actividades que se han realizado y se continuarán a lo largo de la semana, tienen como eje la urgencia de la inclusión y de la concreción de soluciones para que las personas refugiadas logren integrarse plenamente en las comunidades a las que llegan y éstas, a su vez, sean espacio de futuro y realización de una vida plena.
Las realidades del refugio en la región América Latina y Caribe son cada vez más complejas y han ido adquiriendo escalas inéditas. Entre los países de la región, Costa Rica, México y Ecuador, se cuentan entre los territorios con más alto número de solicitudes de refugio.
El director de ACNUR para las Américas, José Samaniego, remarcó que »
“Es crucial unirnos en la responsabilidad compartida de brindar protección, apoyo y soluciones a las personas refugiadas. Su fortaleza y coraje son un constante recordatorio de la resiliencia humana. Juntos, debemos construir un futuro inclusivo donde las personas refugiadas encuentren seguridad, oportunidades y esperanza”.