Por una prensa libertaria que cierre el camino a la manipulación.
En el año 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas, siguiendo la recomendación de la Conferencia General de la UNESCO, proclamó el 3 de mayo como el Día Mundial de la Libertad de Prensa. La fecha elegida fue motivada por el aniversario de la Declaración de Windhoek (03-05-1991), en la cual representantes de medios de comunicación africanos participaron en un seminario organizado por la UNESCO en la capital de Namibia, elaborando un documento donde se anunciaron los principios de la libertad de prensa.
En la declaración de Windhoek se señala que: “de acuerdo a lo expresado en el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948); Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”. Lo expresado anteriormente implica para Naciones Unidas, establecer, mantener y fortalecer una prensa independiente, pluralista, y libre. Por prensa independiente debe entenderse una prensa sobre la cual los poderes públicos no ejerzan ni dominio político o económico, ni control sobre los materiales y la infraestructura necesarios para la producción y difusión de diarios, revistas y otras publicaciones periódicas. Por prensa pluralista debe entenderse la supresión de los monopolios de toda clase y la existencia del mayor número posible de diarios, revistas y otras publicaciones periódicas que reflejen la más amplia gama posible de opiniones dentro de la comunidad.
Como ocurre con otros temas que se abordan desde Naciones Unidas, las aspiraciones y declaraciones están muy alejadas de los hechos y las situaciones en que se vive.
Si algo jamás ha sido independiente es la prensa. Viviendo el género humano aun en su prehistoria social, la prensa como el resto de las actividades humanas ha estado condicionada por la violenta relación entre opresores y oprimidos. La prensa ha estado muy ligada a la propaganda de los diferentes intereses de las minorías que se han apropiado del todo social y las grandes mayorías que padecen, y otras veces resisten y luchan contra la opresión, generando sus propios medios de prensa.
En el contexto de las relaciones de opresión, los límites y las diferencias entre prensa y propaganda son muy borrosos. Para conocer el núcleo de intereses y motivaciones que han orientado la relación entre la prensa y la propaganda es recomendable el acercamiento a la obra de Edward Bernays, particularmente a su libro “Propaganda” (1928).
En tiempos más recientes, con el advenimiento del orden hegemónico neoliberal capitalista, de la década de los años 80 del siglo pasado, desde Occidente se impuso al resto del mundo, una agenda única de temas con sus enfoques y valoraciones. El informe Mac Bride emitido desde una comisión de la UNESCO en 1980 advertía sobre la fragilidad y la vulnerabilidad de la prensa a consecuencia de las grandes presiones económicas, financieras y políticas que sufrían los medios de comunicación del momento, por parte de las grandes corporaciones mediáticas. Ese valiosísimo informe en medio del avasallamiento neoliberal perdió relevancia y hoy es prácticamente desconocido, pero constituye un importante trabajo para comprender de dónde venimos en materia de manipulación a la libertad de expresión y el papel que desempeña el accionar de los grandes medios de comunicación masiva.
En este último medio siglo, las cúpulas de los países europeos (especialmente Reino Unido, Francia y Alemania) y de EE.UU. detentaron un monopolio informativo casi total, con medios que forjaron su prestigio y credibilidad antes de la segunda guerra mundial como la BBC o más recientemente como CNN.
La consecuencia de este control de los opresores occidentales, trajo como consecuencia la total ausencia de puntos de vista que cuestionen el orden Capitalista, imponiéndose una visión del mundo, estrecha y alejada de las necesidades de las grandes mayorías. La prensa entonces es utilizada como instrumento para generar temor, dividir y confrontar a los oprimidos entre sí, distorsionando el significado de términos como: democracia, derechos humanos, libertad, paz, solidaridad, ayuda humanitaria, etc.
En la actualidad los últimos avances en TICs (tecnologías de la información y la comunicación) desarrollados a través de internet, inteligencia artificial, big data, etc; lejos de estar al servicio del bienestar y la calidad de vida común, se utilizan por los gigantes mediáticos, informáticos y las plataformas oligopólicas de occidente, para controlar la producción de información y su difusión bloqueando o aislando las voces disidentes.
Hay una verdadera guerra de la información contra naciones asiáticas, africanas y de determinados países de América Latina, que muy lejos de promover la paz, fomentan las confrontaciones y presentan una realidad donde los enfoques sobre “el mundo de las finanzas”; “los recursos naturales”, “la ciencia y la tecnología”, “el complejo militar -industrial” y “los medios masivos” responden a un verdadero coloniaje del siglo XXI.
En nuestro análisis sobre la situación mundial de Agosto de 20221, al abordar el papel de los medios masivos señalamos: “Tempranamente en los años 80, Silo nos advirtió que sería central a futuro la disputa por el control del espacio de representación interna de las personas, el control de lo que imaginamos. En una charla realmente magistral en Mar del Plata, Argentina (15/12/1986), con los Sectores Apoyos del Movimiento Humanista, sobre la importancia del trabajo personal en función de la transformación social, Silo diserto y explicó que el trabajo con la atención, con la imaginación y la relación entre la problemática personal y la problemática social, eran los tres pilares básicos del trabajo personal para los tiempos que venían, en la búsqueda permanente de adaptarnos crecientemente al medio, tener defensas ante la «hipnosis» propuesta desde los centros del poder del sistema y estar fortalecidos para trabajar por la humanización de la tierra”.
Es muy evidente que desde los medios masivos de comunicación se irradian los estímulos que pretenden propiciar esa “hipnosis”, que busca sostener el decadente sistema en que vivimos. Esta propagación alienante encuentra resistencias que promueven la posibilidad de cuestionar lo que se recibe, romper los espejismos y propiciar vías alternativas de comunicación para transformar positivamente la sociedad.
Los conglomerados mediáticos occidentales están en un proceso de fusiones y concentración como ocurre con otras áreas de las corporaciones. AT&T y Comcast son dos de los mayores exponentes del oligopolio mediático que concentran las grandes empresas de televisión por cable, paga, vía satélite y digital; telefonía fija y móvil; banda ancha; producción de películas y televisión; agencias de noticias e industria de videojuegos. Los cinco mayores conglomerados transnacionales tienen sede en Estados Unidos: Disney, Charter, Communications, News Corp., NBC Universal y Paramount Global y controlan más del 60% del rubro en todo el planeta, poseen más de 1.000 periódicos y revistas, superan las 2.000 editoriales, disponen de unas 9.000 emisoras de radio y de alrededor de 1.200 cadenas de televisión. Según la organización “Reporteros sin fronteras”, en los años de la década de 1980 en EE.UU. la concentración de medios era 10 veces menor a la actual.”
En otro párrafo de nuestro análisis del año pasado señalamos2: Los grandes medios concentrados (escritos, radiales, televisivos, redes sociales, etc.) que son propiedad del gran capital, se presentan ante la sociedad, como independientes, objetivos, neutrales, etc.; cuando no son otra cosa que propaganda, que pretende que los oprimidos adoptemos las creencias y valores que convienen a la opresión.
La desproporción de la potencia que existe entre los grandes medios del gran capital y los medios que se impulsan desde lo alternativo y desde las disidencias al capitalismo, es enorme. Si comparamos el espacio y los tiempos que pertenecen a unos y a otros, pareciera que las emisiones que representan a las grandes corporaciones empresariales y al sistema financiero, respecto a las emisiones que representan a los trabajadores, desocupados, discriminados y oprimidos en general, están en favor de los primeros en una proporción de 99 a 1. Los grandes medios masivos constituyen una de las principales fuentes de propagación del modelo cultural. Estos medios no suelen equivocarse en la agenda de los temas a tratar, la declamada “libertad de prensa” se transforma entonces en nada más que “libertad de empresa”.
La situación de los trabajadores de prensa está atravesada por todos los tipos de violencia incluida la pérdida de la vida de forma violenta. Desde 2016 hasta finales de 2021, UNESCO registró los asesinatos de 455 periodistas, que murieron por su trabajo o en el trabajo. Al mismo tiempo, el encarcelamiento de periodistas ha alcanzado niveles récord. La situación de Julian Assange, es el más notorio caso de criminalizar al periodismo de investigación, que en el caso de Wikileaks dejó expuestos crímenes de guerra, torturas y alta corrupción.
Las y los humanistas proponemos la necesidad de educar e informar promoviendo la igualdad de todos los seres humanos, no solo de derechos sino de oportunidades, la libertad, la solidaridad, la no discriminación y la no violencia activa para avanzar hacia la Nación Humana Universal.
La prensa debe contribuir al desarrollo de la identidad y de la convergencia de la diversidad de los pueblos, así como fomentar la concepción del ser humano como un ser activo, transformador de la realidad y abierto al mundo.
Las y los humanistas sostenemos que deben crearse medios de comunicación públicos, locales y de propiedad comunitaria estableciendo una tercera forma de propiedad: la social, con igual categoría que la propiedad privada y la propiedad estatal. Eliminando de este modo la concentración de los medios de comunicación, protegiendo y estimulando así el desarrollo de las producciones descentralizadas y locales.
Debe garantizarse en los hechos el derecho a la libertad de expresión creando espacios públicos en todos los medios de comunicación ya existentes. Debe garantizarse el acceso a los medios tecnológicos a todos los colectivos y minorías étnicas, sexuales, culturales, etc.
Se deben ejecutar políticas públicas que den acceso a los medios, que garanticen la protección de los periodistas en el ejercicio de investigar y dar a conocer información a la población. Para ello es necesario potenciar los derechos a la información, la opinión y la réplica. Y así neutralizar la desinformación, el sensacionalismo, la manipulación de contenidos y las noticias falsas.
Para el PHI, es entonces necesario el libre acceso a infraestructuras, tics y nuevas tecnologías, desligándose de las lógicas dependientes del mercado. Deben definirse los conceptos de interés estratégico del estado y de interés social, colocando al ser humano como valor central. Estableciendo políticas claras, de toma de decisiones a través de las cuales el interés ciudadano, en primer lugar, y el progreso regional y nacional en segundo lugar, estén situados por encima de cualquier interés de lucro, sin caer en el monopolio estatal.
1https://www.internationalhumanistparty.org/es/doc/analisis-de-la-situacion-mundial-eci-phi-agosto-2022
2https://www.internationalhumanistparty.org/es/doc/analisis-de-la-situacion-mundial-eci-phi-agosto-2022