PROSA POÉTICA

 

 

 

¿Qué misterio oculta el universo? ¿Cuáles son los compases musicales que alientan nuestro camino infinito? ¿Cantos mundos ocultan las estrellas? ¿Dónde se traslada la energía de nuestros cuerpos? Son tantos misterios no conocidos que la vida en sí misma, se encuentra envuelta en profundos silencios que a veces no comprendemos. ¿Cuántos universos existen? ¿Hay otro paralelo? Que complejo y a su vez inmenso y cuantas sorpresas aún nos tiene que dar el infinito espacio que se cierne sobre nuestras miradas.

 Me gustaría viajar por la inmensidad del espacio estelar. Conocer otros mundos, descubrir lo que se oculta bajo ese manto estrellado  que todas las noches dibujan nuestros cielos. Cuando observas la luna a través del telescopio, te quedas asombrado, mudo por esa belleza y a su vez desolada superficie lunar, que nos presenta otro mundo distinto y se nos abre a nuestros inquietantes ojos. Te llama, te atrae, te busca en el más profundo de tú subconsciente y quedas prendido ante la belleza de lo desconocido, buscando sin cesar las respuestas que tanto nos inquietan en nuestro sendero luminoso de la ignorancia y el saber.

 Pero si miramos a la Tierra, nuestro hogar, nuestra casa, la nave con la que navegamos y tantos sinsabores y alegrías nos da, vemos otros universos de vida igualmente desconocidos y que son imprescindibles para nuestra existencia.

 Estamos inmersos en peleas, guerras, violaciones de los más elementales derechos humanos y no somos capaces de  mirar al cielo, a las estrellas y gozar de su hermosura en lugar de buscar con rencor la sangre y el odio. Allí, en el firmamento, sintiendo con profundidad su presencia, encontraremos sin duda el mapa que lleve a  nuestra nave a tomar el rumbo de la esperanza, de la comprensión y empatía, del amor olvidado y de esa dignidad perdida que alumbrará nuestro destino como el lucero más brillante de nuestra propia evolución.

 

Te miro.

Tus ojos son el llanto,

la sombra del olvido

y el tenue canto

de un grillo.

 

Vuela lucero mío,

a lo más alto

donde las estrellas lucen

con su gran brillo,

donde el aire sopla

sin destino,

donde las lágrimas

caen al río.

Cierra tu mirada

y escucha al rocío

que se esconde

en un lugar sombrío

y fluye como un volcán

en tu destino.

 

Vivos colores,

flores y espinos,

por tu dulce reino

con sosiego camino.