POEMA
Danzo al ritmo que el viento me nutre
Los vientos serenos de tu incertidumbre me mueven
Con las abundancias de tus miedos muevo mis caderas
Entre silbidos de pájaros escucho instrucciones.
Soy danzante de este mundo ingenuo
Tan realista como mi propia suerte
Tan ilusionista como mi pobreza
Tan soñador como mis fracasos
Pero, danzo, porque correr no puedo.
Danzo para no morir
Danzo para ver morir la noche,
para ver morir los sueños,
para reflexionar mis días.
Danzo, porque estática ya permanezco.
Soy danzante de este sistema,
que te cerca la imaginación,
te coloca en estática plasticidad cerebral,
que te hace morir lentamente,
como lentamente ves morir la ancestralidad.
Danzo contra la hegemonía
Aquella que me estructura, pero no me domina.
Aquella, que llevo tatuada en mi cuerpo,
pero no siento como parte de mi identidad.
Aquella, que apenas puedo ver y distinguir,
pero ya se diferenciar.
Soy danzante de las frases de mis abuelas,
de las guerras de mis ancestros,
de las enaguas que se meneaban con el viento,
de los huipiles que construyen significados,
de los huaraches que caminaban sin descanso.
Soy danzante porque de este mundo me muevo,
porque hoy piso y agradezco a esta tierra,
pero mañana soy polvo de otra tierra fresca.
Soy danzante porque sin movimiento no puedo,
porque mi vida danza con los cascabeles que suenan,
con la armonía de un chocolate caliente,
con la gente nueva que me impregna,
con nuevas tierras que me enseñan
y con mi corazón que siempre está buscando, pero no encuentra.