Por Sol Pozzi-Escot

El reconocido escritor participó en la primera jornada de la Feria del Libro de San Borja.

«Jaque al Peón» será presentado en la Feria del Libro de San Borja. ¿Con qué expectativas llega a esta presentación y cómo se siente al respecto?

Las expectativas son optimistas. Publicar es abocarse a una actividad llena de sorpresas y emociones. Este es mi cuarto libro de cuentos y es, como los anteriores, producto de años de trabajo, revisión, reescritura y pulimento. El cuento que da título a la obra, lo inicié el 2008; el 2001 el más antiguo, “Mediodía en el puente”.

Gracias a la gestión de Willy del Pozo, gerente de Ediciones Altazor, supe con gran satisfacción que los doctores Marco Martos y Ricardo González Vigil serán los presentadores; siento una gran curiosidad sobre su importante opinión y parecer.

«Jaque al Peón» es un libro polémico que aborda temas históricos y sociales con una perspectiva muy personal. ¿Cuál fue su motivación para escribir este libro y por qué decidió adoptar una postura provocadora?

La curiosidad y el interés suscitado por el tema es siempre el mayor estímulo de todo cuento: La primera parte del libro traza una línea de tiempo que se inicia con el cautiverio del inca Atahualpa, el juicio sumario abierto contra él y su ejecución (1532). A continuación, otro cuento describe el disco de poder que todos los incas llevaron en el pecho, y el destino que tuvo ese talismán (la “Custodia profana” que tanto codiciaron los españoles), al convertirse, injustamente, en propiedad privada. Concluye con el asesinato del mariscal Antonio José de Sucre, quien selló la libertad del Perú en las pampas de Ayacucho (1824).

La segunda parte del libro se refiere a una traición familiar durante las guerrillas de 1963, toca de paso la reforma agraria de 1969 y la captura del más sangriento genocida de la historia peruana (1992). Esta segunda parte concluye con la semblanza de un pueblo abatido por calamidades climáticas, igual que decenas de pueblos peruanos en la actualidad.

La tercera y última parte del libro contiene cinco narraciones de corte fantástico y de temática variada.

Expongo una nítida posición ideológica a lo largo del texto. Al margen de ello, resulta novedoso para mí que el libro haya sido calificado como “polémico”. Eso es precisamente lo que dice la contraportada redactada por la escritora Cecilia Granadino. Quizás se deba a que me atreví a pensar como debió hacerlo en su papel de estadista el inca Atahualpa, cada vez más enigmático y alejado de nosotros por su psicología, costumbres, poder y cosmovisión.

Que, tal vez, haya resultado una postura provocadora no significa que esa haya sido la intención, traté de resolver, con algo o mucho de ficción, algunos aspectos históricos que me parecieron oscuros, inconclusos, contradictorios o inexplicables.

En el libro, presenta una versión muy personal de la captura y muerte de Atahualpa. ¿Qué lo llevó a abordar este episodio histórico de esta manera tan particular?

El secuestro, cautiverio y ejecución de Atahualpa constituyen un hito.

Opino que el inca Atahualpa fue el protagonista de la mayor tragedia, misterio y motivo de estigma en la historia del Perú, sus consecuencias, problemas y reverberaciones todavía las percibimos hoy, casi cinco siglos después. Junto a su némesis, el capitán Francisco Pizarro, constituyen el vórtice del acecho,  convergencia y conflicto entre dos civilizaciones antagónicas.

Inicié el cuento para saber lo que había ocurrido en Cajamarca, lo que no pude averiguar o resolver, pese a la ingente producción sobre el tema, lo imaginé. Eso es el cuento “Jaque al peón”, una intervención libre en los días postreros del inca Atahualpa, empleando a las personas, eventos y recursos  existentes en la época. Atahualpa, líder de una civilización de orígenes mágicos y supersticiosos fue víctima de la contradicción. Fue tempranamente advertido de su probable destino por un presagio del oráculo del dios Catequil (Pachacamac 1526): “Los extraños que viajan por el mar en casas flotantes viene ávidos de oro. Te derrotarán militarmente y morirás en sus manos”. En un territorio donde el misterio es tan frecuente como los grandes engaños y desventuras, cabe hacer dos preguntas: 1.- Por qué admitió el avance de la tropa extranjera contradiciendo a sus generales que pedían que la aplastara en una quebrada. 2.- Por qué aceptó reunirse con ellos en la plaza de Cajamarca, desarmado. El resultado fue una hecatombe, la primera mega crisis política, social, económica y militar acontecida en el Perú.

Como escritor, ¿Cómo logra mantener el equilibrio entre la ficción y la realidad histórica?

La pregunta es compleja, me hace pensar en palabras como compatibilidad, adecuación, pertinencia y verosimilitud. Procuro que haya la mayor cantidad posible de información histórica con el fin de evitar alteraciones flagrantes. Introduzco la ficción únicamente donde y cuando no quiebre la lógica de los acontecimientos o razonamientos y sirva como un complemento, una aclaración a lo sucedido. Intento mantener un equilibrio entre ficción y realidad histórica; sin embargo, únicamente el lector decide si lo conseguí o no.