Los gobiernos de diez países de América Latina y el Caribe se reunirán este miércoles para debatir los mejores modos de contrarrestar conjuntamente el flagelo que supone para sus poblaciones la ola inflacionaria que recorre el mundo.
La reunión es convocada por el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador y asistirán a ella los representantes de gobierno de Cuba, Brasil, Chile, Honduras, Argentina, Colombia, Bolivia, Belice, San Vicente y las Granadinas en representación, además, de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) y el anfitrión, México.
Entre las medidas que se barajan están el intercambio de alimentos, el comercio de productos alimenticios y de materias primas para enfrentar en unidad el problema de los altos precios que sumen a los pueblos en graves dificultades.
Es probable que, más allá de lo necesario de acometer soluciones a esta grave circunstancia, los mandatarios no consideren, al menos en esta instancia, tomar medidas de fondo tales como la limitación de los enormes latifundios que dificultan al campesinado una producción diversificada y asequible o impedir que el alimento sea considerado una mercancía más, siendo sujeta a los vaivenes de los precios internacionales y la especulación.
Si bien no circuló más información sobre esta cumbre virtual, tampoco es imaginable que los gobernantes vayan a expedirse de manera terminante en contra de las multinacionales que patentan semillas y comercian con transgénicos, encareciendo así el circuito y aumentando la dependencia de los agricultores.
No es desatinado pensar, sin embargo, que las discusiones se centren en formas de acortar el circuito de distribución, elaborando maneras de eludir o al menos de reducir el elevado costo que supone la ganancia exhorbitante de las cadenas de intermediarios, básicamente grandes superficies comerciales supermercadistas.
Acometer el hambre y la carestía requiere sin duda una reforma agraria popular, un tipo de economía cooperativa y solidaria que ponga primero las necesidades de cantidad y calidad alimenticia de la población y retribuya a los campesinos y pequeños agricultores adecuadamente el esfuerzo de cultivar de manera sana y abundante lo que todos necesitamos para subsistir.
Precisamente, el próximo 17 de Abril se conmemora el Día Internacional de las Luchas Campesinas. En este día, La Vía Campesina, convoca a una Jornada de movilización mundial para destacar y denunciar la continua criminalización, opresión y represión de campesinxs, trabajadorxs del campo, mujeres rurales, migrantes y comunidades negras e indígenas en todo el mundo.
Ante el avance del capital sobre territorios que hasta hace poco eran considerados “marginales”, lxs campesinxs, indígenas y demás habitantes del campo representan la principal frontera de resistencia contra el hidro-agro-extractivismo de las megacorporaciones transnacionales, señala el texto del llamamiento emitido por la articulación que aglutina 182 organizaciones miembros en 81 países.
El hambre es violencia. La soberanía alimentaria es una necesidad y un derecho humano esencial. Ojalá los asistentes al cónclave regional así lo entiendan.