1.1 La violencia en el proceso humano
Desde el descubrimiento del fuego, el dominio de unos hombres sobre otros ha estado marcado por la capacidad de destrucción que un colectivo humano determinado alcanzaba a desarrollar. Los que manejaron la técnica de agresión sometieron a los que no lo hicieron, los que inventaron las flechas arrasaron a los que usaban solo piedras y lanzas. Después vinieron la pólvora y los fusiles, después las ametralladoras y así siguiendo con armas cada vez más destructivas hasta la bomba nuclear. Quienes llegaron a desarrollarla han sido los que han impuesto su dictado en las últimas décadas.
1.2 El gran avance de las sociedades
Paralelamente, se ha ido avanzando en el proceso humano, se han desarrollado infinidad de inventos, la ingeniería social, las maneras de organizarse más efectivas, más inclusivas, menos discriminatorias. Las sociedades más tolerantes y democráticas han sido consideradas las más avanzadas y las que han ido siendo más aceptadas. Ha habido enormes progresos en la ciencia, en investigación, en producción, en tecnología, en medicina, en educación, etc. etc. También han sido notables los avances en la espiritualidad, que van dejando a un lado los fanatismos, fetichismos y sectarismos y están logrando que el pensar, sentir y actuar confluyan con la espiritualidad en lugar de estar en oposición.
La anterior situación no es uniforme en el planeta pues hay pueblos y sociedades que se encuentran en distintos momentos de proceso, pero se ve clara una tendencia mundial a la confluencia.
1.3 Los arrastres del pasado
En algunos temas seguimos manejándonos a veces de forma primitiva, como por ejemplo en las relaciones internacionales. Si vemos que unos niños se disputan unos juguetes ¿les decimos que se peleen entre ellos? ¿Si en la calle una abuela es atacada por una pandilla de malhechores ¿le damos un palo o un arma para que se defienda de ellos? A nadie se le ocurriría tamaña irresponsabilidad. Es decir, a nivel cercano, a nivel de convivencia familiar, local, incluso nacional, vamos avanzando. Se van incorporando cada vez más mecanismos de protección hacia las personas y los colectivos vulnerables. Sin embargo, esto no lo hacemos a nivel de países. No tenemos resuelto cómo hacer cuando un país poderoso somete a otro más pequeño… Hay muchos ejemplos en el mundo.
1.4 La pervivencia de las guerras
Después de la 2ª Guerra mundial se vio necesario crear las Naciones Unidas. En su preámbulo, quedó registrado el espíritu que animaba a los impulsores: “Nosotros los pueblos de las Naciones Unidas resueltos a preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra que dos veces durante nuestra vida ha infligido a la Humanidad sufrimientos indecibles, a reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana…” [1]. Ese fue el impulso inicial que estaba en el origen de ese gran proyecto. Después, poco a poco, esas motivaciones iniciales se fueron diluyendo y las Naciones Unidas se han hecho cada vez más ineficaces en esos temas. Hubo una intencionalidad dirigida, especialmente por las mayores potencias del mundo, para ir quitando poderes y protagonismo a las Naciones Unidas a nivel internacional.
1.5 La caída de la URSS
Con la disolución de la Unión Soviética parecía que la etapa de la guerra fría había llegado a su fin. Puede haber distintas opiniones sobre ese suceso, pero lo cierto es que su disolución no produjo ninguna víctima mortal directa. El acuerdo fue que el bloque soviético se disolvía pero que la OTAN, creada para contrarrestar al Pacto de Varsovia, no avanzaría sobre los antiguos miembros de la URSS. Ese compromiso no solo no se ha cumplido, sino que se ha ido cercando poco a poco a Rusia en sus fronteras. Con esto no se quiere decir que se defienda la postura de Putin de invadir Ucrania, quiere decirse que o buscamos seguridad y colaboración para todos, o no se puede garantizar la seguridad individual.
En los últimos 70 años desde que los EE. UU. detonaron las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki, ellos se convirtieron en los árbitros de la situación mundial.
1.6 La continuación de las guerras
En todo este tiempo las guerras no han cesado. Tenemos ahora la de Ucrania, la más mediática por ciertos intereses, pero también están las de Siria, Libia, Irak, Yemen, Afganistán, Somalia, Sudan, Etiopia o Eritrea, por citar algunas, porque hay muchas más. Ha habido más de 60 conflictos armados cada año entre 2015 y 2022 en todo el mundo.
1.7 El cambio de situación actual
Se acaba de cumplir un año desde que comenzó la invasión de Rusia a Ucrania y la situación, lejos de mejorar, empeora aceleradamente. Stoltenberg acaba de admitir que la guerra con Rusia comenzó en el 2014 y no en el 2022. Se venían incumpliendo los acuerdos de Minsk y hostigando a la población ucraniana ruso parlante. Merkel también confirmó que esos acuerdos eran una forma de ganar tiempo, mientras Ucrania estrechaba lazos con EE. UU. con claras derivas hacia la salida de su situación de neutralidad y su alineamiento con la OTAN. Hoy Ucrania pide ya abiertamente su inclusión. Esa es la línea roja que Rusia no va a permitir. Las últimas filtraciones de documentos ultrasecretos evidencian que los EE.UU. estaban preparando desde hace muchos años esta confrontación. Las consecuencias son que el conflicto se va escalando hacia limites desconocidos. Finalmente, Rusia se salió del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (Nuevo START) y por su lado el presidente Zelenski habla de vencer a Rusia, una potencia nuclear, en el campo de batalla. La irracionalidad y la mentira por ambos bandos es palmaria.
El problema más grave que acarrea todo esto es que se está incrementando la posibilidad de guerra entre potencias nucleares.
1.8 El vasallaje de la UE a los EE. UU.
Quienes están sufriendo las consecuencias desastrosas de la guerra, además de los propios ucranianos y rusos inmersos en el conflicto diario, son los ciudadanos europeos que ven como sus productos se encarecen y sus derechos y sus democracias retroceden, mientras el conflicto va escalando más y más. El alto representante de la UE para la Política Exterior, J. Borrell, ha calificado la situación de peligrosa, pero sigue insistiendo en la vía bélica de envío de armamentos para respaldar a los ucranianos. Ningún esfuerzo va en la dirección de abrir vías de negociación, sino que se continúa echando más leña al fuego. El mismo Borrell anunció que “para salvaguardar la democracia en la UE, se prohíbe el acceso a los medios de comunicación rusos RT y Sputnik”. ¿A esto llaman democracia…? Cada vez hay más voces que se preguntan ¿Será que los EE.UU. quieren mantener su hegemonía a costa de las desgracias de otros? ¿Sera que el formato de relaciones internacionales ya no soporta esta dinámica? ¿Sera que estamos en una crisis civilizatoria en la que tenemos que encontrar otra forma de ordenamiento internacional?
1.9 La nueva situación
Últimamente ha salido China como mediador proponiendo un plan de paz a la vez que los EE.UU. tensan la situación en Taiwán. En realidad, se trata de la tensión que se da en un fin de ciclo donde de un mundo hegemonizado por una potencia se va transitando hacia un mundo regionalizado.
Recordemos los datos: China es el país que mantiene el mayor intercambio económico con todos los países del planeta. India se ha convertido en el país más poblado del mundo, por delante de China. La UE sufre un desplome económico que evidencia sus debilidades energéticas y de autonomía. El PIB de los BRICS [2] , que ya supera el PIB mundial del G7 3 , y sigue creciendo con 10 nuevos países que han pedido incorporarse. Latinoamérica y África comienzan, con sus muchas dificultades, a despertar y van a incrementar su papel como referencias internacionales. Con todo esto la regionalización del mundo es evidente. Pero ante este hecho el centralismo occidental va a poner graves resistencias reclamando su hegemonía perdida, la hegemonía la lidera EE. UU. que se niega a dejar el rol de policía del mundo y pretende reactivar una OTAN que hace un año estaba pronta a la defunción tras su salida estrepitosa de Afganistán…
1.10 El Mundo regionalizado
La nueva regionalización va a producir graves fricciones con el modelo anterior, de carácter imperialista, donde occidente pretendía controlarlo todo. En el futuro la capacidad de negociación y de llegar a acuerdos será lo que delineará el mundo. La vieja forma, la anterior forma de resolver las diferencias mediante las guerras, va a ir quedando para los regímenes primitivos y atrasados. El problema es que alguno de ellos tiene armas nucleares. Por eso es urgente que se extienda el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares (TPAN), que ya ha entrado en vigor en Naciones Unidas, que está suscrito por más de 70 países y que está siendo opacado por los medios internacionales para ocultar la única vía posible que es: “que se aprenda a resolver los conflictos de forma negociada y pacífica”. Cuando esto se logre a nivel planetario entraremos en otra era para la humanidad.
Para ello tendremos que reformular unas Naciones Unidas dotándolas de mecanismos más democráticos y eliminando los privilegios del derecho a veto que tienen algunos países.
1.11 Los medios para conseguir el cambio: La movilización ciudadana.
Pero ese cambio de fondo no se va a producir porque las instituciones, gobiernos, sindicatos, partidos u organizaciones tomen la iniciativa y hagan algo, se va a producir porque los ciudadanos se lo exijamos. Y esto no va a suceder por ponernos detrás de una bandera, ni por participar en una manifestación o asistir a un mitin o conferencia. Aunque todas esas acciones van a servir y son de mucha utilidad, la verdadera fuerza va a venir de cada ciudadano, de su reflexión y convicción interior. Cuando en su tranquilidad, en su soledad o en compañía, contemple a sus más cercanos y comprenda la situación de gravedad en la que estamos, cuando reflexione, se mire a sí mismo, a su familia, a sus amigos, a sus seres queridos… y comprenda y decida que no hay otra salida y que tiene que hacer algo.
1.12 La acción ejemplar
Cada individuo puede ir más allá, puede mirar a la historia del hombre y fijarse en la cantidad de guerras, de retrocesos y también de avances que ha realizado el ser humano en miles de años, pero debe de tener en cuenta que ahora estamos en una situación nueva, distinta. Ahora está en juego la supervivencia de la especie… Y frente a eso debe preguntarse ¿qué puedo hacer yo?… ¿qué es lo que puedo aportar? ¿qué puedo hacer que sea mi acción ejemplar? … ¿cómo hacer para que mi vida sea un experimento que me dé sentido? … ¿con qué puedo contribuir a la historia de la humanidad?
Si cada uno profundizamos en nosotros, seguro que van a aparecer respuestas. Sera algo muy sencillo y conectado con uno mismo, pero tendrá que tener varios elementos para que sea efectivo: lo que cada uno haga tiene que ser público, que otros lo vean, tiene que ser permanente, repetido en el tiempo (puede ser muy breve 15 o 30 minutos a la semana 4 , pero todas las semanas), y ojalá sea escalable, es decir, que contemple que haya otras que puedan sumarse a esa acción. Todo eso se puede proyectar a lo largo de la vida. Hay muchos ejemplos de existencias que cobraron sentido después de una gran crisis… Con que el 1% de los ciudadanos del planeta se movilicen decididamente en contra de las guerras y a favor de la resolución pacífica de las diferencias, generando acciones ejemplarizantes y escalables, con que sólo se manifiesten el 1%, las bases para producir los cambios estarán puestas. ¿Seremos capaces?
Convocaremos a ese 1% de la población para hacer la prueba.
La guerra es un arrastre de la prehistoria humana y puede acabar con la especie.
O aprendemos a resolver los conflictos de forma pacífica o desaparecemos. Vamos a trabajar para que eso no suceda
Continuara…
[1] Carta de las Naciones Unidas: Preámbulo. Nosotros los pueblos de las Naciones Unidas resueltos a preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra que dos veces durante nuestra vida ha infligido a la Humanidad sufrimientos indecibles, a reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas, a crear condiciones bajo las cuales puedan mantenerse la justicia y el respeto a las obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes del derecho internacional, a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad, y con tales finalidades a practicar la tolerancia y a convivir en paz como buenos vecinos, a unir nuestras fuerzas para el que estaba en el origen de ese gran proyecto. Después, poco a poco, esas motivaciones iniciales se fueron diluyendo y las Naciones Unidas se han hecho cada vez más ineficaces en esos temas. Hubo una intencionalidad dirigida, especialmente por las mayores potencias del mundo, para ir quitando poderes y protagonismo a las Naciones Unidas a nivel internacional.
[2] BRICS: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica
[3] G7: EE.UU., Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Reino Unido