POESIA

 

 

 

Sentado frente a ti, solos tú y yo, con el sonido de tu voz y el canto de tus olas que armonizan mi pasión, tengo tantas preguntas en mi corazón que no acierto cuál de ellas puedo contarte en esta intimidad que me concedes con tranquilidad.

No estás sola. En ti habitan infinidad de especies que alegran sin duda tu existencia y que con el paso de los años enriquecen tu hábitat del cual todos nacimos. Te debemos tanto, que muchos ignoran el papel que ha tenido tu existencia en la evolución de la vida.

Tu mundo nos atrae. Un mundo aún no explorado y nosotros sin conocerte buscamos otros en el espacio infinito, mientras que te destruimos y explotamos sin poner límites a nuestro abuso depredador. Somos desagradecidos. Te usamos como vertedero de nuestras inmundicias. Nos tiendes la mano y rápidamente forjamos la línea roja de la extinción que acompaña nuestros movimientos. Ofreces unir continentes, abrigar sueños y esperanzas, dar cobijo a los inciertos destinos que inquietan nuestras almas. Nos atraes como un imán, como una fuerza magnética a tu orilla. Nos invitas a disfrutar de tus aguas cristalinas y saludables. Nos abres tus manos y la brisa nos envuelve en un aroma de calma. Nos regalas conchas que bailan en la espuma de la marea y sin embargo osamos darte la espalda, abusar de tu generosidad y olvidarnos de ti en largos periodos de nuestras vidas.

Si, ya sé que sólo pides respeto, que nos concedes nuestros deseos, pero que necesitas que tu manto no sea manchado por vertidos tóxicos, plásticos, aguas contaminadas procedentes de los ríos y de los desagües, exterminación de tus habitantes, residuos radiactivos y manchas de petróleo ahogan la vida de los océanos.

Quiero protegerte mar, sentirte, hablarte y soñar, buscando en tus aguas la felicidad. Navegar por tus suaves sábanas azules y cobijarme en tu regazo mientras me cantas canciones de sirenas y silbidos de delfines que se diluyen con los cantos de las ballenas. Quiero sencillamente amar.

 

Escucho tu corazón

latir en lamento,

olas que gritan

con desaliento

 

Te agitas con razón

y llegas a la playa

buscando el amor

de quién de ti nació.

 

Redes, manchas negras,

botes de aceite

flotan en tus aguas

insultando tu verdad,

tu entrega de la vida

y la pasión de amar.

 

No merecemos tu lealtad,

ni la riqueza

de tus entrañas.

Merecemos la soledad

de aguas calladas

que lloran en su intimidad

por la falta de comprensión

y humanidad.

 

Eres el filamento

que absorbe esta canción,

y el cimiento

de nuestra evolución.