PROSA POÉTICA

 

 

Menos de un minuto y miles de personas cayeron sepultadas por escombros. Sus sueños se paralizaron para viajar a otra dimensión, mientras otros despertaron en la oscuridad de una muerte lenta y angustiosa. En solo un minuto sus vidas cambiaron. Los que se fueron, los que pudieron salir y los que quedaron bajo escombros encadenados en polvo y piedra. Edificios desplomados que truncaron la existencia de vidas marcadas por el destino. Gritos de auxilio, de dolor. Gentes atrapadas bajo toneladas de vigas y ladrillos esperando el rescate, un milagro, una esperanza en el olvido que a muchos no llegó. Otros ya vagan con rumbo a las estrellas. Caminos truncados y ríos de lágrimas donde han perdido todo.

La tierra se movió como un monstruo al despertar. Turquía y Siria, países complicados de sufrimientos para añadir aún más a su camino desesperado.

Hoy día sabemos dónde se encuentran las principales zonas de seísmo, de mayor riesgo en el movimiento de las placas tectónicas que a lo largo de millones de años, la Tierra ha experimentado en un continuo cambio de la corteza terrestre. Lo hemos visto también recientemente con la erupción de algunas nuevas islas o volcanes que estaban inactivos como en la Cumbre Vieja de Las Palmas. A pesar de ello, en muchos de estos lugares se construyen ciudades sin ningún tipo de protección. La especulación urbanística tiene mucha culpa de ello.

 

Gritos en la noche

solitaria y amarga,

temblores de aliento,

sangre en la madrugada.

 

La tierra se lamenta

temblorosa y desesperada

y las calles se llenan

de vidas calladas.

 

Escombros y grietas

y lágrimas saladas

llenan sus ojos

de los que ya no tienen nada.

 

¿Por qué tanta muerte

desolada?.

Flores y coronas.

Toques de campana.

 

Atrapados en la oscuridad

ven como sus almas

luchan por llegar

a ver la luz del alba.

 

Niños llorando

caídos en la ensenada

extienden sus manos

buscando con sus llantos

el calor de su madre

y su serena mirada.

 

Angustia y miedo

en una mañana

que amanece sombría

de muerte y rabia,

mientras el cielo se tiñe

de rojo escarlata.

 

(En homenaje a los más de 51.000 víctimas mortales, miles de desaparecidos y millones de damnificados por el terremoto originado en Turquía y Siria el 6 de febrero de 2023)