La mayoría de las personas son típicas, tienen un comportamiento típico y algunos presentan un comportamiento diferente lo que los hacen ser atípicos. Atípicos porque sienten piensan y actúan de manera diferente a las mayorías.
En el Día Nacional de la Concienciación del Autismo y del Asperger, que se celebra hoy en el mundo es importante dar cuenta de algunas de las prácticas del sistema de salud, especialmente el Programa del Ministerio de Salud con el fin de crear consciencia en la sociedad sobre los derechos de las personas neurodivergentes.
Es necesario mejorar la atención de las personas con diversidad funcional primaria que se experimenta como otra rediscriminación y al mismo tiempo, proporcionar un enfoque más centrado en la persona y considerar las necesidades individuales de cada consultante: que los funcionarios manejen un lenguaje literal, en lugar de tratarlos como un todo homogéneo y deshumanizante.
La naturaleza humana es diversa, no existe un tipo humano único, el sistema los ha encasillado en un solo tipo que exige para toda una sola forma de pensar, sentir y actuar. Todos los que se salen de ese molde son etiquetados con la palabra Trastorno, secuestrando la dignidad de ese ser humano
La Ley TEA, promulgada por el Presidente de Chile Gabriel Boric el pasado 2 de marzo 2023, ya es una realidad. Una normativa que asegura el derecho a la igualdad de oportunidades y resguarda la inclusión social de los niños, niñas, adolescentes y adultos con trastorno del espectro autista (TEA), eliminando cualquier forma de discriminación. Es un buen avance, como todas las leyes requerirá un tiempo para su aplicación y supervisión.
¿Cuál es el porcentaje de autismo en Chile?
La prevalencia es de 1 por cada 51 niños de entre 18 y 30 meses de edad; * sólo se consideró a 272 niños que asistían a control sano en dos Centros de Salud Familiar de dos comunas urbanas de la capital, 1 de cada 51 niños en Chile está dentro del espectro Autista.
EL sistema de salud tiende a estigmatizar a los que no encajan en sus parámetros de normalidad, considerándolos raros por tener una diversidad funcional en la comunicación e interacción social. No poseen la capacitación necesaria para darles una atención digna. Las personas neurodivergentes son especialmente vulnerables a esta discriminación, ya que se les percibe como una carga y se les niegan los mismos derechos y oportunidades que al resto. Sin duda que falta mucho por avanzar para proteger los derechos de las personas autistas y promover su inclusión social.
Es fundamental reconocer que la medicación y otros tratamientos para el funcionamiento del cerebro se han convertido en un negocio muy lucrativo a nivel planetario. El uso de ciertos antidepresivos y antipsicóticos puede generar efectos secundarios preocupantes, como el armado de una «camisa de fuerza» dentro de nuestro cerebro, se deben generar alternativas para mejorar la atención médica, invertir en investigación con el fin de desarrollar medicamentos más efectivos y menos invasivos.
También eliminar barreras significativas como el acceso al diagnóstico temprano, a la educación, a la participación en la comunidad y el acceso al empleo y a la vida independiente. Así, podemos asegurarnos de que se satisfagan sus necesidades y se les proporcionen los apoyos necesarios para mejorar su calidad de vida y promover su participación social en igualdad de condiciones. Hay que reconocer las habilidades y talentos diferentes de cada individuo con TEA. Las personas con autismo y sus familias recorren un camino complejo y se enfrentan a múltiples barreras a lo largo de la vida.
Es urgente y necesario hacer muchos Talleres para familias con hijos con trastorno del espectro autista, en los colegios para evitar el bullying y en la comunidad en general.
Muchos de ellos se relacionan con lealtad, honestidad y confianza; son capaces de dar todo lo que tienen y de cuidar esa amistad, ese amor o ese cariño como poca gente; expresan lo que sienten con total sinceridad. Tienen una gran capacidad de escucha, sin emitir valoraciones propias continuamente al momento de responder.
Podemos afirmar que no sacamos mucho con tantas terapias si no transformamos el mundo social, las personas atípicas solo necesitan buen trato para florecer, si ponemos en uso la Regla de oro, «Trata a los demás como quieres que te traten», no tendríamos necesidad de hablar de inclusión, estaríamos frente al buen convivir con la neurodiversidad humana. Para ser feliz es muy similar a lo que requiere cualquier otra persona: amor, aceptación, respeto y empatía.
Los invitamos a reflexionar: ¿qué podemos aprender acerca de las personas atípicas en el mundo, será que tendremos que vernos a nosotros mismos en la necesidad de humanizarnos?
* Estudio publicado el 2021 en la Revista Chilena de Pediatría
César Antonio Anguita Sanhueza
Miembro de Convergencia de las Culturas-Chile
Agradezco a los amigos humanistas sin cuya colaboración este artículo no habría sido posible