Delegaciones de Arabia Saudita y del gobierno yemenita hutí se reunieron en la capital Sanaá en la continuidad de los esfuerzos para lograr el cese del conflicto en el sur de la península arábiga.
Con la mediación de Omán, las partes conversaron sobre el cese de hostilidades y el levantamiento del bloqueo que mantiene el reino saudita a los puertos yemeníes, fundamental para lograr que alimentos y otros productos elementales puedan llegar a la población en extrema necesidad.
El jefe mediador hutí Mohammed Abdul-Salam señaló a la llegada de la delegación mediadora desde el aeropuerto de la capital yemenita: «Nuestras justas reivindicaciones son: el cese total de la agresión, el levantamiento completo del bloqueo, el pago de los salarios de todos los empleados yemeníes con los ingresos del petróleo y el gas para todos los empleados yemeníes, así como la salida de las fuerzas extranjeras de Yemen, indemnizaciones y reconstrucción.», informó Democracy Now.
Por su parte, Hans Grundberg, enviado de la ONU para Yemen, describió los esfuerzos en curso, incluidas las conversaciones saudíes y omaníes en Sanaa, como «lo más cerca que ha estado Yemen de un progreso real hacia una paz duradera» desde que comenzó la guerra.
En declaraciones a AP, agregó: «Es un momento que hay que aprovechar y una oportunidad real para iniciar un proceso político inclusivo bajo los auspicios de la ONU para poner fin al conflicto de forma duradera».
La guerra, que ya lleva 9 años, se inició luego de que los rebeldes hutíes, respaldados por Irán, expulsaran del poder al entonces presidente Al-Hadi, a lo que siguió una intervención militar extranjera liderada por Arabia Saudí, apoyada por los Estados Unidos y otros estados árabes, que emprendió una devastadora campaña aérea y terrestre.
Además de la pérdida de vidas humanas, el conflicto acarreó una severa catástrofe humanitaria. Según Naciones Unidas 7 millones de personas, es decir una cuarta parte de la población, están al borde de la hambruna y otro millón se ha visto afectado por el cólera.
Las perspectivas de solución han aumentado sensiblemente desde que Irán y Arabia Saudita lograran acercarse a una progresiva reconciliación y restablecer lazos diplomáticos a través de los esfuerzos de mediación realizados por China.