Por primera vez en la historia, según un nuevo informe de la Unión Interparlamentaria (UIP), ni un solo parlamento en funcionamiento en el mundo está configurado “solo por hombres”, pero alcanzar la paridad está algo más lejos: 80 años distan de un equilibrio de género entre los legisladores si se mantiene el ritmo actual.
Es el aumento del número de mujeres en los parlamentos un logro singular para el empoderamiento de género? ¿O es el resultado de las cuotas legislativas obligatorias para la representación de las mujeres en los parlamentos del mundo?
Según el último informe de la UIP, Mujeres en los Parlamentos 2022, la participación de las mujeres en los parlamentos nunca ha sido tan diversa y representativa como lo es hoy en muchos países.
Los resultados se basan en los 47 países que celebraron elecciones en 2022. En esas elecciones, las mujeres ocuparon una media de 25,8 % de los escaños a elegir o designar. Esto representa un aumento de 2,3 puntos porcentuales en comparación con las renovaciones anteriores en esas mismas cámaras legislativas.
En Brasil se presentó la cifra récord de 4829 mujeres autoidentificadas como negras, de un total de 26778 candidatas; en Estados Unidos, un número récord de mujeres de color (263) se presentaron a las elecciones de mitad de mandato.
La representación del colectivo LGBTIQ+ en Colombia se triplicó, pasando de dos a seis miembros del Congreso; y en Francia, 32 candidatas procedentes de minorías fueron elegidas para la nueva Asamblea Nacional, un máximo histórico de 5,8 % del total.
Según el informe, las cuotas legislativas fueron de nuevo un factor decisivo en el aumento de la representación femenina.
Thomas Fitzsimons, Director de Comunicaciones de la UIP, dijo a IPS que hay muchos factores que explican el éxito de los países que han progresado.
Por ejemplo, señaló, las transformaciones tecnológicas y operativas, debidas en gran parte a la pandemia de covid-19, han aumentado el potencial de los parlamentos para ser más sensibles al género y favorables a la familia.
“La influencia de las cuestiones de género en los resultados electorales, con una mayor concienciación sobre la discriminación y la violencia de género, así como las alianzas con otros movimientos sociales, también ayudaron a obtener buenos resultados para las mujeres en algunas de las elecciones parlamentarias”, señaló.
Pero, añadió, “si tuviéramos que elegir un factor principal, serían las cuotas legisladas. Las cuotas legislativas consagradas en la Constitución y/o en las leyes electorales exigen que un número mínimo de candidatos sean mujeres (o del sexo menos representado)”.
Las cámaras con cuotas legisladas o combinadas con cuotas voluntarias de los partidos produjeron una proporción significativamente mayor de mujeres que las que no las tenían en las elecciones de 2022, de 30,9 % frente a 21, 2%.
“En cuanto al futuro, tenemos que acelerar el impulso, que sigue siendo demasiado lento. Al ritmo actual de crecimiento, pasarán otros 80 años antes de que alcancemos la paridad», declaró Fitzsimons.
Antonia Kirkland, directora mundial de Igualdad Jurídica y Acceso a la Justicia de Igualdad Ya o Equality Now, dijo a IPS que es alentador ver que los datos de la UIP muestran que “hay más mujeres que nunca en puestos de toma de decisiones políticas a nivel mundial, y que ha habido un aumento general en el número de mujeres en puestos gubernamentales y legislativos”.
“Los datos de la UIP demuestran claramente que las cuotas de representación femenina han tenido un gran impacto positivo. Los países que aplican cuotas han disfrutado de un aumento de 9,7 % de mujeres en los parlamentos en comparación con los países que no las aplican”, afirmó.
Sin embargo, es lamentable que las mujeres sigan estando tan infrarrepresentadas en todos los niveles de la toma de decisiones políticas, ya que solo representan 9,8% de los jefes de gobierno y poco más de una cuarta parte de los diputados.
También es muy preocupante, adujo Kirkland, que la paridad de género en los parlamentos esté al menos a 80 años vista si seguimos al ritmo actual.
Según el Banco Mundial, solo 14 países tienen plena igualdad jurídica entre mujeres y hombres, y ONU Mujeres estima que se tardará otros 286 años en eliminar las lagunas en la protección jurídica, por lo que los titulares de deberes deben crear un entorno seguro y capacitador para que las mujeres participen en política que fomente una mayor igualdad jurídica.
Con esa realidad, Kirkland considera que resulta evidente “que hay que hacer más para aumentar la representación política de las mujeres mediante la comprensión y la eliminación de los obstáculos que impiden la participación de las mujeres en la esfera pública y la toma de decisiones”.
En su opinión, “para acelerar la paridad de género en los parlamentos, en primer lugar necesitamos poner fin a las leyes discriminatorias por razón de sexo en todos los ámbitos de la vida que impiden a las mujeres dedicarse a la política”.
Además, los partidos políticos deben destacar la importancia y las ventajas de la diversidad de género, y poner en marcha iniciativas que impliquen a las mujeres en la política en todas las etapas y dentro de todas las ramas del ámbito político.