Europa prosigue su loca carrera suicida hacia la militarización de la sociedad. Tras un año de guerra en Ucrania, en casi todas partes se habla de reinstaurar el servicio militar obligatorio, reabriendo un debate que se creía definitivamente cerrado y que había llevado a casi todos los países europeos a abandonar el servicio militar obligatorio.
En Italia, los rumores sobre una posible reinstauración del servicio militar obligatorio vienen desde hace rato. Matteo Salvini habló del servicio militar obligatorio en varias ocasiones. Creo que un año de enseñanza de las reglas, buenos modales y deberes formaría a unos buenos ciudadanos». Y como ministro del Interior dijo que estaba «estudiando los costos, las formas y los tiempos para evaluar si, cómo y cuándo reintroducir el servicio militar durante unos meses para nuestros chicos y chicas, para que al menos aprendan algo de educación que la mamá y el papá no son capaces de enseñarles».
Ignazio La Russa, Presidente del Senado, propuso una especie de miniservicio militar voluntario. “He preparado un proyecto de ley que será presentado por un grupo de senadores (no por mí, porque como presidente no puedo) para aumentar la franja voluntaria a cuarenta días”. Y añadió: “Si fuéramos capaces de garantizar que los jóvenes de 16 a 25 años pudieran, si quisieran, pasar cuarenta días de su verano aprendiendo lo que es no sólo el amor a Italia, el amor a la Patria, sino el sentido cívico, el deber que cada uno de nosotros tiene de ayudar a los demás en dificultad, le haríamos un enorme servicio a Italia”. En resumen, el servicio militar obligatorio como gran «momento formativo».
El ministro Crosetto afirma que el restablecimiento del servicio militar obligatorio no forma parte de la agenda del Gobierno porque «requiere una ley y una cobertura financiera» para reconstruir y modernizar los cuarteles y proporcionar armas y equipos para la formación de los reclutas. Costos difícilmente asumibles por el Estado, dados los enormes gastos que ya supone el envío de armas a Ucrania. ¿Podrán nuestros jóvenes dormir tranquilos y evitar pasar meses en los cuarteles, o se encontrará de repente el dinero a costa, como siempre, de derechos primarios como la salud y la educación?
El servicio militar obligatorio también se debate en Alemania. El Ministro de Defensa, Boris Pistorius, habló al respecto. “Abolirlo fue un error y podría demostrar la importancia de estas instituciones para el funcionamiento de nuestra sociedad», subrayando que «las ventajas del servicio militar deben ser hoy objeto de una reflexión colectiva». El jefe de la Marina alemana, Jan Christian Kaack, también propuso la vuelta al servicio militar obligatorio: «Creo que esto garantizará un mayor nivel de conciencia para una nación que necesita ser más resistente en tiempos como estos».
En Francia, Macron está considerando seriamente reinstaurar el servicio militar obligatorio, que durará entre tres y seis meses y se extenderá también a las mujeres. El servicio militar, dice Macron, será «nacional, obligatorio y universal». «La experiencia militar no sólo te lleva a desarrollar experiencias, sino también cualidades de comportamiento», dijo el presidente francés, recordando que las empresas están «encantadas» de contratar a ex militares. Según algunas estimaciones, al menos 700.000 jóvenes podrían ser reclutados cada año.
En enero, Letonia reintrodujo el servicio militar obligatorio después de quince años.
Los Países Bajos se plantean ahora adoptar el modelo sueco, que selecciona cada año a cuatro o cinco mil jóvenes de dieciocho años para un servicio militar obligatorio de once meses; Dinamarca, que aún mantiene el servicio obligatorio, está pensando en ampliarlo a las mujeres, y Grecia lo ha ampliado recientemente a un año.
En España, donde se ha suprimido el servicio militar obligatorio, los jóvenes siguen siendo considerados reservistas y podrían ser obligados a alistarse en caso de emergencia y sin posibilidad legal de oposición, puesto que la objeción ya no está prevista por la ley.
Polonia, que suspendió el servicio militar obligatorio en 2008, está llamando a filas como reservistas a ciudadanos menores de 63 años. También han llegado cartas de llamamiento a los polacos en el extranjero que tienen doble nacionalidad. Si se niegan, perderán la ciudadanía polaca.
Está claro que el mero hecho de hablar de reintroducir el servicio militar obligatorio contribuye a alimentar la cultura de la guerra y que nuestros gobiernos, en lugar de escuchar la voz de sus ciudadanos, eligen el camino suicida de una tercera guerra mundial, sumisos como están a las órdenes de Washington.
Por eso, el 2 de abril, nosotros, los invisibles, la mayoría de la población, queremos reiterar con fuerza en toda Europa y en el mundo que la única salida a la locura de la guerra que estamos viviendo es la paz, la no violencia, el diálogo, la cooperación y una solución diplomática que ponga fin inmediatamente al sufrimiento del pueblo ucraniano y a una guerra que podría desembocar en un choque de potencias nucleares.