El señor Boric habló por teleconferencia con el Presidente nazi de Ucrania. Boric lo llamó y al principio Zelenski creía que era el Presidente de algunos de los paisitos en que se ha convertido la ex Yugoeslavia. Hablaron en inglés, la lengua franca común de toda esta gente.
Boric le ofreció su apoyo, ojalá no le haya ofrecido tropas también. Lo habrá consultado con su nuevo ministro de RR.EE, van Klaveren, que tiene mucha experiencia porque se empleó a fondo en la defensa de Pinochet en Londres, con el respaldo del entonces ministro Jose Miguel Insulza y lograron traer de nuevo al falso demente a casa.
Los dos Presidentes de ahora alabaron el acuerdo de la Corte Penal Internacional, que pide la detención de Vladimir Putin. ¿Esta Corte habrá emitido fallos similares en contra del Primer Ministro de Israel, cuyo gobierno mata palestinos todos los días o contra cualquier presidente norteamericano por sus crímenes en el mundo entero? Y en especial la invasión de Irak con pretextos comprobadamente falsos y que mantengan bloqueada a Cuba para matar a su pueblo de hambre, que es lo que a nosotros nos afecta más. Pues no, la Corte no se mete en esos andurriales, cómo creen.
La Corte Penal Internacional, que fue una buena iniciativa para formalizar la competencia penal internacional, prefiere condenar a Putin, que es un comunista come-guaguas como todos los rusos, que no se hagan los inocentones. Si hasta Tolstoi, Dostoievsky, Pushkin y todos los otros escritores famosos también lo eran, la prueba es que se les ha prohibido en el mundo occidental.
Todos los países -me refiero a los pueblos- quieren la paz, naturalmente, porque esta guerra nos está empobreciendo a todos. Pero para eso no se necesita hablar con Zelenski sino con Biden, Macron y otros fachos que se lo pasan mandándole plata y armas a Ucrania, con lo cual nos están arriesgando a todos a una guerra nuclear y al fin del mundo, aunque sea porque alguien aprieta el botón equivocado.
Ahora condenan a Putin que se vio obligado a reaccionar porque, contrariando todos los acuerdos internacionales, le rodearon su territorio con bases militares y armas atómicas. Es parecido al lío que se armó cuando los rusos instalaron sus cohetes nucleares en Cuba ¿Se acuerdan? Horror de horrores, la guerra nuclear estaba ad portas, decía en esa época el tal Kissinger que todavía está vivo y sigue llevando la batuta a los 120 años aunque usted no lo crea. Y los rusos corrieron a sacar sus cohetes sin consultar al gobierno de Cuba, lo que fue una falta de respeto según todas las normas diplomáticas.
Desde luego, todos sabemos que Ucrania y en especial Crimea siempre fueron rusos, porque en La Guerra y la Paz y en Ana Karenina se ve como todos se van de vacaciones a Crimea. Y si usted no los ha leído, léalos inmediatamente para no quedar de ignorante. Y si de las librerías los han quitado por la censura que nos imponen los yanquis, pídaselos a cualquier amigo, que todos los tenemos en nuestras bibliotecas,
Me parece que Boric no le quería dar mucha luz al gas a este asunto, pero el tal Zelensky lo echó al agua y en su cuenta de twitter comunicó los temas abordados, donde agradeció la cooperación de Chile y el apoyo que nuestro país presta a la orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) contra Vladimir Putin.
Y algo que debería hacer Boric para quedar muy bien: invitar a Chile a Putin con el pretexto del 50 aniversario del golpe cívico militar y cuando está aquí, ¡Pácatelas! lo manda a detener con un regimiento de soldados (tiene que ser un regimiento porque Putin no anda desprotegido) y se los entrega a los yanquis, aunque la Corte Penal Internacional, funciona en Ginebra, pero eso es lo de menos.
¿Se dan cuenta de lo habiloso que es nuestro presidente? Entraríamos en guerra con Rusia, pero papá Biden nos va a defender y nos mandará muchísimos dólares y armas atómicas, con lo cual todos nuestros problemas quedarían resueltos: los económicos, los políticos y sobre todo las discrepancias con los vecinos porque ya no seríamos un vulgar matón de barrio sino una potencia internacional ¡Seguimos!