La fallida presentación del Ejecutivo, de su propuesta de reforma a ley tributaria en el Congreso, coloca una vez más en evidencia, cómo este órgano de poder del Estado, actúa como un filtro en donde van a parar todo texto que no comulgue con el modelo neoliberal imperante. Esta instancia, que fue financiada por décadas por la élite económica del país, tiene sus “bordes” bien delineados, siguen la consigna pinochetista de “cuidar muy bien a los ricos” y las necesidades de los pueblos de Chile están definitivamente fuera de ellos.
Ya cuando la diputada Humanista Laura Rodríguez previó esta situación hace 30 años, en que los honorables electos no estaban dispuestos a cumplir lo comprometido en sus programas con los cuales consiguen el voto ciudadano, generando este cuadro en que muchos apoyan a unos pocos y luego estos pocos traicionan las reivindicaciones de esos muchos; propuso la iniciativa conocida como “Ley de responsabilidad política”, que buscaba que se cumpliera lo comprometido o se expusiera al desleal a la destitución. Tal propuesta quedó en el filtro.
Iniciativas a favor de las mujeres en el filtro. Según comentaron varias diputadas de signo variopinto, durante la presentación en el Congreso aún hay varios proyectos de ley sobre esta materia que se encuentran «dormidos» porque algunos legisladores no les dan prioridad. En total son 35 y tienen particular énfasis en prestaciones de salud y acompañamiento de las mujeres, en la implementación de la interrupción voluntaria del embarazo en tres causales; desvinculaciones a mujeres con fuero maternal; y el acceso libre, gratuito y garantizado a todos los métodos anticonceptivos. También, algunos hacen énfasis en temas de matrimonio, violencia intrafamiliar, acoso callejero y propaganda política con contenidos sexistas.
Otras iniciativas a favor del cuidado del medioambiente en el filtro. No son pocos los proyectos que avanzan con mucha más lentitud de lo que la urgencia del tema amerita. 49 proyectos de ley están agrupados o iniciaron su tramitación en las comisiones de Medioambiente (27), Constitución (10), Minería (3), Especial de Recursos Hídricos y Desertificación (3), Recursos Hídricos y Desertificación (7) y Relaciones Exteriores (2), respectivamente, ya sea en la Cámara o en el Senado.
Y podríamos seguir con otros tópicos que han corrido la misma suerte, es decir acabar en el filtro del Congreso.
Este es el marco de contexto que no se atiende en la polémica “creada” (seguramente desde algún ámbito de comunicaciones del gobierno), por el rechazo a la idea de legislar. Lo que se afectó no fue «la viabilidad de la reforma» ni el “detalle de dineros de distintos programas sociales”, como han proclamado sus vocerías a los cuatro vientos; (porque con la mayoría de las derechas en las cámaras viabilidad no la tuvo nunca); sino únicamente el ingreso del proyecto de ley a discusión en sala.
La propuesta en cuestión, en que 2/3 están referidos a evitar elusión y evasión tributarias, no tiene posibilidades de avanzar en este Congreso dominado por las derechas, porque afectaría a la élite, de modo que ésta pudiera perder en sus ingresos fraudulentos 68 billones de pesos al año, estimados en 2022. Se puede multiplicar por tres décadas una media, y se devela cómo es que tenemos multimillonarios en la revista Forbes.
Vale aquí recoger los datos que entregó en su artículo el periodista Matamala: Es que, según la OCDE, los impuestos en Chile “se encuentran entre los más bajos” de esa organización y “la relación impuestos-PIB de Chile es inferior a la de los países desarrollados cuando tenían un nivel de ingresos similar al de Chile”. Nuestra estructura fiscal es “una de las más divergentes de la media”, al centrarse en el IVA, que castiga a los más pobres.
La conclusión de la OCDE es que “hay margen para que Chile aumente su bajo nivel de impuestos y reequilibre su estructura fiscal”, considerando que “son pocos los países que han alcanzado la prosperidad económica históricamente, con una baja relación entre impuestos y PIB”.
Después de todo, en octubre de 2019 Andrónico Luksic había dicho que “todos debemos reaccionar, y los que podemos, tendremos que ayudar a pagar la cuenta”, aceptando un impuesto a los altos patrimonios. “Necesitamos un pacto social”, añadía el presidente de la CPC Alfonso Swett, quien pedía “perdón por las orejas chicas que hemos tenido en el pasado y nos comprometemos ahora a tener orejas grandes”. Al parecer sólo les crece la nariz y los bolsillos. Como decía Confucio, en un país bien gobernado debe inspirar vergüenza la pobreza. En un país mal gobernado debe inspirar vergüenza la riqueza”.
El actual ejecutivo, en el que la vieja Concertación ha tomado las riendas, se vuelven a implementar sus añejas tácticas del “como si”. Jamás contaron con los 75 votos que necesitaban, pero no les interesó, pues es evidente que esta situación les permite la cantinela de tres décadas, -nosotros lo intentamos, pero la derecha lo impidió-. ¿Por qué el Presidente de la Cámara, viendo que no están los votos, viendo que faltan tres diputadas que supuestamente votarán a favor (supuestamente ya que nadie se acercó en los últimos 8 meses a preguntar su parecer respecto a la reforma), siendo él mismo proclive al Gobierno, realiza la votación de todas maneras?
Claramente les resulta beneficioso dejar a la bancada que no controlan, como la culpable de la caída del proyecto. Y ahí está el “gobierno feminista”, dándole duro, una vez más, a las mujeres, en esta teleserie en el Congreso y en la del cambio de ministras por ministros en el nuevo gabinete.
En este escenario de gobernanza las encuestadoras CERC-Mori, nos dicen que la ciudadanía se aleja de las “izquierdas” (14,6%), suben las derechas con récord histórico (26%) y con 34% el centro (derechas socialdemócratas). Así, en el año en que se conmemoran los 50 años del bombardeo de La Moneda y el martirio del presidente popular Salvador Allende, el Senado luce sin escrúpulos su presidencia pinochetista.
Por qué el modelo o el Sistema sigue sin cambiar. Veámoslo con una analogía: Estás en tu casa y se quema la ampolleta y vas a comprar otra, la colocas y no prende, piensas en el soquete, vas y lo cambias, la ampolleta dura 2 meses más y vuelve a quemarse junto al soquete… ¿Por qué? Llegas a la ferretería y vez los dirigentes de los partidos todos hablando de la mala calidad del soquete y la falta de modernización de las ampolletas y que todas deberían ser LED. Das la vuelta y te pillas una amiga anciana eléctrica que te dice… Juanito, si no quiere que su casa se incendie, cambie la instalación completa, porque eso es lo que está mal. El cableado es delgado y el medidor no da para el uso que usted ahora, con todos sus equipos eléctricos tiene como necesidad.
Por eso criticamos la Democracia que vivimos, donde todo es «como si». «Como si» la ciudadanía participara; «como si» las estructuras políticas decidieran (son empleados de la banca, el dinero manda); «como si» los representantes nos representarán; «como si» el primario estuviera en la superación del dolor y sufrimiento de quienes habitamos este país; «como si» la justicia fuera justa; «como si» las frases «los niños primero» o » la familia es el núcleo de la sociedad», se tradujera verdaderamente en políticas no-violentas para su protección o desarrollo.
La Democracia es un tipo de régimen de ejercicio del poder, de la toma de decisiones (opuesta a las dictaduras o las monarquías por ejemplo).
En la Democracia Representativa, la ciudadanía delega su poder (así nos va).
En la Democracia Participativa, las/los ciudadanas/os nos hacemos cargo del poder.
Un cambio social genuino y realmente transformador tendrá validez absoluta el día que nazca de la transformación profunda y verdadera de cada uno de los seres humanos que conformamos esta sociedad. Si como individuo no lo percibo, creo y construyo una sociedad diferente, ningún grupo podrá hacerlo por mí.
Redacción colaborativa de M. Angélica Alvear Montecinos; César Anguita Sanhueza; Guillermo Garcés Parada; Natalia Ibañez Donoso y Leticia García Farías. Comisión de Opinión Política