Los países cambian cuando se atreven a modificar aspectos importantes de sus paradigmas, ya sea de manera gradual o acelerada, eso es algo que es secundario a la decisión inicial de hacer el cambio. Otro elemento clave es que para hacer cambios se requieren recursos, “con plata se compran huevos” dice un viejo adagio popular. Chile ha elegido un gobierno de cambios, se propone hacer modificaciones estructurales porque hay un consenso que existen varias cosas que se deben mejorar, entre ellos las pensiones, la salud, la educación, en este sentido no parecen haber dos voces, se requieren cambios y necesitamos financiarlos, eso a nivel del discurso.
Llegó finalmente el momento de discutir de donde salen los recursos y para lograrlo el gobierno anunció desde el día que asumió, la tarea de hacer una reforma tributaria, una modificación al régimen tributario que permitiera recaudar más, que se eluda menos, cobrar más a los que ganan más y hacer de esta manera una modificación progresista al régimen tributario. Este es hoy día bastante regresivo, dado que el principal tributo que aporta al presupuesto es el IVA, impuesto al valor agregado, el cual afecta a todos los productos y servicios, y por lo tanto proporcionalmente, afecta mucho más a las personas de bajos ingresos, que a aquellas de altos ingresos. La propuesta del gobierno hoy fue rechazada y esto es dramático dado que se rechazó la idea de legislar, lo cual indica que no se puede siquiera discutir en detalle algunos artículos o negociar su modificación, es más bien como dice, rechazar la idea de legislar en la materia, o sea no necesitamos modificar los impuestos que nos afectan.
Por tanto hoy se ha declarado por parte de la cámara de diputados, que no necesitamos cambiar nada, no se necesita dinero para pensiones, para apoyar a las Pymes ni tampoco modificar las fuentes y montos por los cuales tenemos recursos disponibles, mantenemos el IVA como principal fuente de recursos y por tanto la gran mayoría de la gente, apoya con sus sueldos bajos, a través del IVA de las compras del supermercado o del pan que compra, mantiene toda la máquina del estado y los muchos programas sociales que el gobierno desea hacer y algunos que ya ha comprometido, ahora se ve que obviamente los recursos para hacer estos cambios no están disponibles. Por tanto, el gobierno va a quedar mal, ante las personas a las cuales prometió o ante todo el país dado que cumplir con tener un superávit estructural no va a ser posible, se gastará más de lo que se recaudará, dado que se percibirá menos. Menudo problema, que es quizás el objetivo final detrás de esta votación, dejar al ejecutivo en problemas cada vez más importantes, de modo de no dejar que se avance en los cambios sociales y estructurales que se desean hacer y en dar el financiamiento para que así ocurra.
Además, podemos mencionar un punto menor pero que denota lo pobre que es el debate en Chile, hubo un altercado entre un ministro y una diputada anoche luego de una sesión, donde probablemente ambos cansados después de muchas horas de trabajo, ambos se excedieron en sus dichos, lamentable, pero humano y comprensible. Lo que no es comprensible es que al día siguiente, al llegar el momento de esta votación tan trascendental para los grupos progresistas del país, dentro del cual ellos se pretenden ubicar, 3 diputados no se presentaran a la votación, dejando con su actitud irresponsable que esta situación ocurriera. Recibir un sueldo pagado por todos para ejercer actitudes voluntariosas que nadie desea, es una actitud inaceptable.
El gobierno se encuentra hoy en un problema, ha prometido y ha estado girando recursos de las escuálidas arcas fiscales, suponiendo que esta reforma llegaba y que contaría con financiamiento para
aumentar las pensiones universales a $ 250.000 (US$ 294/mes), sólo un poco sobre la línea de la pobreza (15%) lo que es marginal dado el costo de la vida actualmente en Chile. Además, no podrá
destinar mayores recursos a seguridad para ampliar la dotación de carabineros, no podrá mejorar la cobertura de salud o mejorar sueldos y asignaciones a profesores o apoyos a niños en situación de calle.
El gobierno tendrá que optar sobre qué programas deberá ahorrar o calcular qué nivel de deuda adicional deberá agregar y afrontar toda la cantidad de críticas que eso le puede traer. Muchas
declaraciones realizadas sobre tener una política de superávit estructural nuevamente, ahora ya se ven alejándose a gran velocidad. Esta será una noche larga para el ministerio de hacienda y el gobierno.
Es probable que en este momento algunos hielos caigan en un vaso, acompañado por un trago de whisky y algunas personas celebren que han logrado un buen logro para sus intereses, business as usual, la política es sin llorar. Sin embargo una gran mayoría, quizás incluso inconsciente de los efectos que esto pueda tener, mañana a las 6 de la mañana empezarán a trabajar nuevamente.