En un comunicado emitido este martes, la red social y política de activistas Janodanaya alertó a la comunidad internacional sobre el irregular aplazamiento de elecciones en Sri Lanka, haciendo un llamamiento a defender la democracia y los derechos constitucionales del pueblo en este momento crítico del país.
Las elecciones municipales debían celebrarse el 9 de marzo de 2023. Sin embargo, el 14 de febrero, la Comisión Electoral emitió una carta en la que comunicaba que el voto por correo, previsto para los días 22, 23 y 24 de febrero, se posponía indefinidamente. Las elecciones a los Consejos Locales ya han vencido hace un año. Los Consejos caducan el 20 de marzo de 2023.
La razón aducida por el Departamento de Imprenta del Gobierno es que no dispondría de fondos suficientes para imprimir papeletas electorales.
La nota dada a conocer por Janodanaya afirma además, citando información fehaciente, que el presidente Ranil Wickramasinghe se había reunido previamente con el jefe del Departamento de Imprenta del Gobierno, así como con el secretario del Tesoro, antes de que la Comisión Electoral declarara el aplazamiento del voto por correo. Anteriormente, el presidente convocó también a los Comisarios Electorales, conducta que suscita serias preocupaciones por la injerencia en la independencia de estas instituciones.
Los activistas señalan que la autoridad para gestionar las elecciones recae en la Comisión Electoral y es ilegal, poco ético y muy irregular que el Jefe del Ejecutivo (que también es el líder del Partido Nacional Unido, que se presenta a las elecciones) interactúe con los funcionarios responsables de la celebración de las elecciones.
Las presentes elecciones son muy importantes, ya que llegan tras un movimiento ciudadano sin precedentes que llevó a la dimisión del anterior presidente, del primer ministro y del gabinete. Esta es la primera oportunidad que tienen los ciudadanos de este país de expresar su mandato electoralmente desde los acontecimientos que tuvieron lugar en 2022.
El país está inmerso en una grave crisis económica y la estabilidad política es de suma importancia para tomar las medidas necesarias para resolver la crisis. Aplazar las elecciones sólo generará incertidumbre y más ira contra el gobierno actual, subraya el texto difundido, añadiendo que la crisis financiera no es razón suficiente para socavar los procesos democráticos.
Sri Lanka es la democracia más antigua del sur de Asia. Históricamente, los ciudadanos de Sri Lanka participan y se comprometen con entusiasmo en las elecciones, que son un medio importante para expresar la opinión pública.
Los anteriores intentos de aplazar las elecciones sólo condujeron a periodos de graves disturbios civiles y políticos que causaron la muerte y desaparición de miles de ciudadanos.
Las elecciones a los consejos provinciales llevan varios años sin celebrarse y, si las elecciones a los consejos locales también se retrasan, no habrá representantes electos a nivel local ni provincial. Después del 20 de marzo de 2023, tanto los consejos locales como los provinciales se disolverán y acabarán dependiendo del ejecutivo. Esto conducirá a un gobierno dictatorial en el que sólo una persona del ejecutivo podrá decidir el futuro de los países, apunta el comunicado.
El aplazamiento de las elecciones socava la soberanía del pueblo, la democracia y todos los derechos humanos asociados al ejercicio de los derechos democráticos, como el derecho de expresión y asociación. El Tribunal Supremo ha declarado en numerosas sentencias que el sufragio es una parte importante de la soberanía, una estructura básica de la Constitución que no puede ser anulada por el ejecutivo o el legislativo.
Posponer las elecciones, en el actual contexto, sentaría un precedente extremadamente negativo, que sería muy perjudicial a largo plazo para la estabilidad política y económica del país. Por lo que, así los activistas, es imperioso que se celebren las elecciones previstas sin dilación alguna.
Janodanaya es un grupo de personas comprometidas que trabajan para crear un cambio positivo en Sri Lanka a través de la acción colectiva y la incidencia política. Está conformado por activistas sociales independientes que trabajan por la justicia social y la igualdad, con especial atención a la capacitación de las comunidades marginadas.