Por Carlos Crespo Burgos
Corresponsal de Pressenza-Ecuador
Seis de cada diez votantes en Ecuador dijeron NO a las reformas constitucionales propuestas por el gobierno de derecha, en el Referéndum del domingo 5 de febrero.
En un contexto de violencia electoral, con varios candidatos asesinados en las últimas semanas, el país amaneció con esta y otras sorpresas, contrariando los anuncios del marketing político del gobierno del presidente Guillermo Lasso y de las empresas encuestadoras, que intentaron imponer la tendencia a favor del Sí en las 8 preguntas de la consulta.
Luego de un largo conteo, que se extendió hasta el amanecer, el Tribunal Nacional Electoral ratificó los resultados favorables al NO que, en el caso de las pregunta 5, alcanzó un 59.78%, con el rechazo a la eliminación de la facultad del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) para designar 77 autoridades nacionales de control. Igualmente, con más del 60% de votos en la pregunta 6, este cuarto poder del Estado, creado en la Constitución de 2008, continuará siendo elegido por sufragio universal, a pesar de toda la campaña mediática.
Por otra parte, la oposición, liderada por el Movimiento de la Revolución Ciudadana, ganó en los dos polos geo-estratégicos de poder político y social del Ecuador (Alcaldías de Quito y Guayaquil) y, al menos, en 7 provincias más pobladas del país.
El pueblo se “hartó de los zapatos rojos” (símbolo del marketing del Presidente Lasso), “reaccionó”, “votó contra quienes se han olvidado de la gente”, “recuperó su conciencia”. Son algunos de los primeros comentarios del día que se escuchan en emisoras que celebran los resultados.
“La memoria es un bien patriótico latinoamericano”, recuerda un defensor de los Derechos Humanos. Mensajes sabios e intuitivos de la gente: “basta de odio, de venganza y persecución. A trabajar para todos. Que se intente levantar lo que se ha destruido”.