Por Carlos Crespo
Corresponsal de Pressenza-Ecuador
“Sabemos contar mentiras que parecen verdades”
(Hesíodo, poeta de la Antigua Grecia).
Termina una agotadora campaña de confusión y mentiras, concentrada en los grandes medios y en las redes sociales, y sostenida por operadores mediáticos pagados por el Gobierno de la banca.
Confundida y temerosa, la población se encuentra sometida a la polarización entre el Sí y el No. Debe acercarse a las urnas para escoger, sin saberlo, la trayectoria que tomará el país en los próximos años. El Referéndum, en aparente ejercicio democrático, esconde la verdadera intención de profundizar la privatización de las empresas públicas y de los servicios sociales, neutralizar los otros poderes del Estado, concentrando en el Ejecutivo y desmantelando los avances de la Constitución del 2008, que sustenta un “Estado constitucional de derechos y justicia social, democrático, soberano, independiente, unitario, intercultural, plurinacional y laico” (Art.1).
“La crisis de la verdad es siempre un crisis de la sociedad. Sin la verdad, la sociedad se desintegra internamente. Entonces, se mantiene unida solo por relaciones económicas externas e instrumentales”, señala el filósofo coreano Byun-Chul Han (2022:84).
En lo que va del siglo, Ecuador ha transitado por un itinerario de ciclos cambiantes, entre los “caminos cruzados”, que han marcado a nuestra región latinoamericana: esperanzadores avances sociales y fortalecimiento del Estado, virajes obscuros con parálisis y debilitamiento del Estado, retrocesos conservadores y autoritarios, en medio de una creciente pobreza con un clima de violencia e inseguridad, agudizadas en los últimos años.
Las últimas elecciones de 2020 y las movilizaciones indígenas de 2019 y 2021 mostraron un país dividido, una clase media racista, y el desencanto por las huellas de corrupción, heredadas de la década de Gobiernos de la Revolución Ciudadana, amplificadas con la propaganda y el ‘lawfare’ (guerra política por la vía judicial) de los últimos cinco años.
Distracción y manipulación mediática
“Existe confusión porque no hemos aprendido a leer la letra pequeña”, comenta una amiga educadora de la Sierra central, haciendo referencia a los “anexos mañosos”, que acompañan las 8 preguntas complejas del Referéndum, y que muy pocos han leído. Efectivamente, casi una quinta parte de la población aún no ha definido su opción, según datos de una encuesta reciente sobre la capital, la parte más politizada del país (Informe Confidencial, 28 de enero de 2023).
La consulta estuvo bien armada, me explica una joven socióloga: juega con dos preguntas de enganche, fáciles de posicionar en la gente: la inseguridad y el desprestigio de la asamblea. El resto no se comprende y no se ha posicionado un debate. Y concluye: “…entre el miedo, la desesperanza y una vaga expectativa la gente está susceptible de caer en la trampa”. La distracción, la desinformación y la manipulación mediática se combinan en un brebaje adormecedor.
“Nunca habrá revolución sin evolución de conciencia”
En estos días se escuchan voces de esperanza. Un amplio grupo de jóvenes mestizos e indígenas, ha llegado hasta el Palacio de Gobierno, en la Plaza central, y al ritmo de hip hop, alza sus voces, anunciando un nuevo relato, que ya se difunde por las redes sociales :
“No…no a esas malas intenciones
Están jugando con la inocencia de mi Pueblo.
No, solo quieren disfrazar…el interés particular.
Pero, te van a robar… solo quieren agradar.
Te dicen vota sí, luego, te van a patear.
Ellos no te quieren…no seas tonto, ellos no convienen.
No al banquero… (…) cínico, desleal y habilidoso.
La gente no necesita una consulta popular,
Necesita educación, apoyo al arte y donde camellar.
El pueblo gana cuando no se repite la historia.
Nunca habrá revolución sin evolución de conciencia-(2)
(1)Byun-Chul Han. (2022). Infocracia. La digitalización y la crisis de la democracia.
(2)BoomBapKillaz #NO | Carter B, Park, Dome, Lenin Yumbay | Prod. @CarterBeats & Nicolás Abril. https://youtu.be/-DEL-0OLtqw