POEMA
Siento la Natura unirse dentro de mí, formar un muro, una muralla callada activa y altiva, con palabras guardianes de sus puertas de la esperanza, de lo bello y de la vida, de esos versos que colorean mi existencia y que buscan respuestas entre las ramas de los árboles y el cantar de lo vivo.
El bosque me envuelve, me transporta a la esencia de mi ser, me transmite sabiduría y me lleva de la mano al mundo mágico de su universo, de su paciencia, de la sabia del saber, de las hojas que cuentan mil historias y de cómo aún sin moverse, son esenciales para el buen gobierno de nuestra morada.
Aunque pasen mil días,
te sigo llevando dentro,
tu mirada y tus ojos
son el motor de mi aliento.
Tengo y siento
un profundo vacío
en mi corazón.
Tú sigues en mi piel,
en mi vida,
en mi ilusión
y siempre conmigo van
lágrimas de pasión.
Sentir siento
el rocío de tus hojas,
el cantar de tu viento
que mecen tus ramas,
el palpitar de tu sabia
que te hace crecer
único y majestuoso
otorgándome el placer
y el descanso del saber.
Sentir siento
el aroma de tu canto,
la fortaleza
y tu belleza,
las raíces marcadas
y el abrazo de tu imagen
que me siembran pasiones
y que mis palabras
desordenadas
forman versos
en tu bosque encantado.
Sentir siento
tus huellas soñadas
que marcaron el linaje
de una especie
que durmió en tu follaje
y que ahora te olvida
matando tu existencia
nuestra vida.
Sentir siento
mi corazón callado
y tu latido
que se adentra en mi alma
y haces que mis lágrimas
sean el motor
del llanto activo
y de tu voz.