Bajo los auspicios de la Unión Africana, una reunión preparatoria para una posible conferencia de reconciliación nacional en Libia tuvo lugar en Trípoli este 8 de Enero.
El cónclave, de carácter técnico, puso las bases de un acuerdo para sentar en la misma mesa a los actores para resolver la prolongada crisis que atraviesa el país.
El encuentro contó con la presencia del ministro congoleño de Asuntos Exteriores, Jean Claude Gakosso, quien en nombre del presidente del comité de Alto Nivel de la organización regional, hizo un llamamiento a los actores políticos y a las partes implicadas en el conflicto para que trasciendan el rencor.
Instó, además, a los libios a aprovechar esta oferta de la Unión Africana para llevar la paz definitiva al maltrecho país.
Por su parte, el presidente de Senegal y de la Unión Africana (UA), Macky Sall, afirmó el compromiso de la iniciativa de la UA y las Naciones Unidas para que la reconciliación nacional «constituya un éxito para impulsar una solución política integral».
A su vez, el Consejo Nacional de Derechos Humanos criticó la falta de participación de instituciones de la sociedad civil, así como de familiares de víctimas y afectados, para abordar la etapa de reconciliación.
Los participantes en esta reunión, que continúa hasta el próximo jueves 12, dispusieron los preparativos para la Conferencia en subcomités de trabajo, que deberán debatir y aunar criterios sobre el retorno de la seguridad, la forma de gobierno, la descentralización y cuestiones relativas a la justicia.
En 2011, aprovechando el sismo de la Primavera Árabe, los intereses mezquinos de las corporaciones y la estrategia geopolítica atlantista, con el apoyo armado a facciones rebeldes y la persecución de Muammar el Gadafi hasta su eliminación física, no hicieron otra cosa que promover el fratricidio.
Más de una década ha pasado desde entonces y en la actualidad Libia es una nación destruida, siendo principal territorio de paso de migrantes africanos a Europa.
La paz y la reconciliación constituyen el único camino posible para este país otrora pujante, en el que los abundantes ingresos del petróleo sirvieron para brindar educación, salud y vivienda a la población, aunque bajo presión de un gobierno autoritario y represivo contra los disidentes.
Por primera vez desde la frustrada conferencia anunciada por Naciones Unidas para Abril de 2019, esta reunión logró el cometido de enhebrar un camino para acercar las reivindicaciones diametralmente opuestas de los bandos en pugna.
Hoy parece estar más cerca un nuevo horizonte para Libia.