POEMA
En la ciudad de mi madre
ha quedado mí corazón
en la calle
por donde pasaba el tren
y aquel niño descalzo
de ojos negros,
que buscaba
una duna cerca del mar.
En la ciudad de mi madre
el cielo era azul
las nubes blancas,
cada palabra
un susurro
entre lágrimas lejanas,
sonrisas de silencio.
En la ciudad de mi madre
estaba yo
sujetando una mano
al final del camino
entre recuerdos
que buscaba
en los ojos de una niña
en la luz del ocaso.