El otro día me llegaron varios artículos sobre la pedofilia en Chile. Esto es algo poco usual para los que vivimos en otros países. Por supuesto que es algo importante, aunque no es el tema político principal. Pero allá se ha vuelto un asunto de moda.
En El Mostrador, dicen que “La escalada de esta noticia ha sido tal, que hasta el gobierno se ha manifestado preocupado y ha interpelado a la universidad, existiendo tantos pendientes en la agenda pública”. Pues al parecer este tema se está usando para atacar a la Universidad de Chile, porque algún alumno ha hecho una tesis sobre el particular.
Desde luego, una tesis sobre pedofilia puede ser nefasta o inocente. Nefasta si la promueve y la facilita. Inocente si sólo la estudia y analiza en forma seria sus causas y sus posibles soluciones.
Y de manera muy puntual, habría que destacar que los pedófilos más comunes y numerosos, son los curas y en especial los de los colegios, para lo cual basta con leer los artículos de Felipe Portales publicados en Pressenza y Clarín.
Pero para mí el asunto que tiene más importancia no se refiera a la pedofilia. Se refiere a que en Chile, la derecha, el fascismo, el pinochetismo tienen el dominio total de los medios de comunicación masiva e imponen los temas que a ellos les interesan, para criticar.
Lo mismo se puede recurrir a la pedofilia para atacar a la Universidad de Chile o a los cursos de filosofía que incluyen el marxismo para atacar a la Universidad de Concepción, o la libertad de los presos políticos sin condena para atacar a los defensores de los derechos humanos. En fin que los temas y posibilidades son infinitos o se inventan: que Chile va a ser Chilezuela, que le van a quitar a uno su casita, que Rusia sigue siendo comunista a escondidas y que los comunistas se comen a las guaguas hervidas o asadas.
Desde luego, la derecha y sus seguidores tienen a su servicio a la prensa escrita (El Mercurio, COPESA y sus respectivas cadenas). Y aunque se crea que los diarios escritos se leen cada vez menos en el mundo, en Chile sí se leen o al menos influyen en la opinión pública porque dan línea al resto de los comunicadores.
Y ya se sabe que los diarios no viven de su tiraje ni de sus ventas, sino que se financian principalmente con sus avisos. Y los gobiernos post dictadura les dan todo el avisaje fiscal, que es el más abundante a El Mercurio y a COPESA. ¿Por qué lo hacen? No lo sé ni lo puedo entender. O sea gobiernos pretendidamente de izquierda, financian a un diario que apoyó y ensalzó a la dictadura durante toda su duración. Esos mismos gobiernos y otras personas de pseudo izquierda le rendían pleitesía a su dueño y director, Agustín Edwards Eastman, que fue a Estados Unidos a pedirles a Nixon y a Kissinger que intervinieran en Chile para derrocar al gobierno legítimo de Salvador Allende.
Entiendo que el actual gobierno les sigue dando el avisaje a los mismos diarios y cadenas. Quizás me equivoque porque no tengo esa información actualizada. Ojalá alguien me pudiera rectificar.
Y no sólo es la prensa, es la radio y la televisión, como la radio Bío Bío, que se escucha hasta en México, donde resido actualmente.
¿Por qué las organizaciones de izquierda, los gobiernos que se han pretendido de izquierda no tiene prensa, radio, televisión ni ningún medio de comunicación masiva? Hay páginas, blogs, diarios digitales, pero no le llegan al talón a los medios de comunicación de la derecha. Y las redes sociales que en otros países son muy populares, parece que en Chile también están en manos de la ultra derecha: tienen gente, tienen bots, en fin se han apoderado de estas redes.
El asunto no es denunciar en Clarín o en el Blog de Punto Final las mentiras o medias mentiras y todas las falsedades y calumnias que difunden, porque eso lo leen cuatro gatos ¿Por qué no hay una radio como la Bío-Bío que la escuche todo el mundo?
Muchas veces es he escrito desde México a diversos compañeros y les he propuesto que creemos radios comunitarias, que le pidamos ayuda a los argentinos para que nos den un pedacito de su televisión desde Mendoza, que creemos un programa que se llame “Escucha Chile” como el que hubo durante la dictadura, que nos metamos todos en las redes sociales. ¿Por qué en dictadura se hicieron muchísimas cosas y ahora no?
Me contestan que es muy difícil, muy caro y otros pretextos. “Vente para Chile, inténtalo y verás lo difícil que es este asunto. Las cosas ahora son muy distintas”. O que yo me vaya a Chile y entonces lo hacemos, dicho con sorna y un claro reproche. ¿Yo, que tengo 88 años, que para ir a vacunarme mis hijos me han tenido que llevar en silla de ruedas? Por favor…
Chile es uno de los países políticamente más atrasados de América Latina. Un pueblo que era politizado, inteligente, crítico y propositivo, se ha vuelto ignorante y se cree todo lo que dice la derecha. Qué pena, pero así es.
¿Y quién tiene la culpa, la derecha que dice lo que a ella le conviene, como es lógico?
La culpa la tiene la gente de izquierda, no digo “la izquierda”, porque generalmente así se denomina a partidos que alguna vez fueron de izquierda. Me refiero a tantas y tantas personas que son de izquierda, de izquierda de verdad, y aparecen como independientes porque alguna vez fueron militantes o nunca militaron. Y esos son muchos, muchísimos.
Y si esas personas no son capaces de juntar a unos pocos compañeros para crear una radio, porque crear radios comunitarias es bastante fácil, o de poner unos pesos entre varios o entre muchos para hacer un diario impreso, entonces no se anden quejando. Porque se tienen bien merecido el desastre en que se encuentran y en que se encuentra Chile.