En la ciudad canadiense de Montreal, los delegados de casi 200 países que participan en la Conferencia de la ONU sobre Biodiversidad, conocida como COP15, llegaron a un acuerdo para proteger, para 2030, al menos el 30% de la tierra y los océanos considerados importantes para la biodiversidad.
El histórico acuerdo busca detener la sexta extinción masiva del planeta, la cual actualmente se encuentra en curso debido a la actividad humana.
Como parte del acuerdo, las comunidades indígenas tendrán un mayor papel en la protección de la vida silvestre. Las tierras habitadas por pueblos indígenas albergan el 80% de la biodiversidad que queda en el planeta.
El Fondo Mundial para la Naturaleza calificó el acuerdo como “una victoria para las personas y el planeta”.
Sin embargo, la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre lo criticó por establecer los plazos para 2050 y escribió: “Será demasiado tarde para que podamos detener y revertir la pérdida de la biodiversidad y abordar los desafíos relacionados [con dicha pérdida], como por ejemplo, el cambio climático”.