POEMA
Cuántos pesares amargos
la humanidad traga
bajo el flujo angustiado
de tormentas calladas
que aplastan sin compasión
las dulces miradas.
Sufrimiento y dolor,
caminos que el sendero
se eleva al infinito
creando abismos,
lágrimas amargas
y sonrisas perdidas
por el viento oculto
en la noche estrellada.
¿Por qué la angustia
la sed aplasta?
¿Por qué el silencio
la voz apaga?
¿Por qué el hambre
la muerte atrapa?
¿Por qué el odio
sintoniza la angustia
en cada jornada?
Miro al mundo.
Veo una frágil bola,
verde y azul
que brilla gastada
sin luz.
Y me pregunto
¿Por qué existen ríos
de sangre derramada?
¿Por qué la belleza
es ignorada?
¿Por qué los bosques arden
en grandes llamas?
¿Por qué el poeta tiembla
cada mañana?
¿Dónde está la felicidad
escondida en la nada?
Preguntas vacías
que quedan marcadas,
rumbos inciertos,
tinta gastada
y al final
solo queda la esperanza.