¿Quién es Hebe Bonafini? Ante todo una mujer ama de casa que se parió a sí misma, tras la desaparición de sus hijos durante la dictadura del 76. No era una dirigente, ni funcionaria, ni tenía posgrados en la UBA o Harvard, era una ama de casa como cualquier mujer “común” que un día ante una circunstancia trágica e injusta de la vida, tuvo dos opciones, sucumbir o parirse así misma para sobrevivir y buscar justicia. El 2008, en sus talleres “Cocinando política” en el Ecunhi, enseñaba recetas culinarias económicas para paliar la situación económica y, a la vez, debatía y formaba políticamente a otras mujeres, esa era Hebe.
Su vida nos demuestra que los grandes líderes o lideresas, que logran grandes cambios concretos en la vida de las personas en su tiempo, y dejan legados de lucha a las próximas generaciones, casi nunca salen de universidades o academias, por cierto eurocéntricas en América Latina. Porque no se puede conocer, relatar las problemáticas y el dolor del pueblo, y mucho menos luchar contra ello, desde escritorios o círculos cerrados de “sabiondos” que alejados del calor popular, intentan bajar línea o dirigir al pueblo “ignorante”.
En plena dictadura en el 76, se juntaron un grupo de mujeres amas de casa, que incluso muchas señalaron que, hasta entonces, nunca habían hablado de política, todas eran madres que buscaban a sus hijos desaparecidos y ante el dolor y la injusticia, fundaron “Madres de Plaza de Mayo”, una asociación, con sello reconocido a nivel mundial de resistencia y lucha. Un sello argentino de la envergadura del sello Maradona, porque Hebe se convirtió en emblema de los D.D.H.H. y de la Memoria, Verdad y Justicia ante el mundo.
Desde la asociación Madres de Plaza de Mayo, no solo se promovió los juicios a las juntas militares, sino que se trató de continuar lo que estas madres entendían como la continuación de la lucha e ideales que intentaron llevar a cabo sus hijos. Se impulsó así, una radio, un programa de TV, una universidad popular, un café literario, un plan de viviendas, cursos de formación política, talleres, etc.
Hebe Bonafini tiene la talla en mi país, Bolivia, de la dirigente indígena Domitila Barrios, una mujer que en 1978, fue secretaria general del “Comité de Amas de Casa del Distrito Minero siglo XX”, y formó parte de la huelga de hambre que impulsaron cuatro mujeres que derribaron la sangrienta dictadura de Hugo Banzer. Por eso, la que vuela es una mujer irremplazable que hizo historia, escribió no solo la historia de Argentina, sino de América Latina, una verdadera heroína de Abya Yala.
Se despide por la puerta grande, coherente porque vivió como pensó, una mujer con coraje odiada por los sectores más conservadores de la sociedad, pero también, hay que decirlo, por los cobardes y los tibios de la izquierda colonial y el progresismo extraviado. Se enfrentó a los más poderosos del país tanto políticos, jueces, empresarios, militares, jefes policiales, etc., y los llamó por su nombre y apellido.
Tenía 93 años y seguía marchando en la Plaza de Mayo, todos los jueves a las 15 horas sin claudicar, desde que desaparecieron a sus hijos, durante la dictadura del 76 en Argentina. Seguía marcando acertadamente y concretamente, la agenda del pueblo argentino, y de los pueblos de América Latina. En tiempos en que las izquierdas eurocéntricas o progresismos están en crisis ideológica y sus acciones van por un lado y los discursos por el otro, ella se conservó coherente.
Hebe era una visionaria, una mujer que se anticipó al tiempo en que vivió porque como mujer nunca pidió permiso, ni en dictadura cuando luchó, ni en democracia cuando siguió luchando. Rompió estereotipos de género y los respectos a la edad, de la vejez, con 93 años marchaba la Plaza de Mayo, relataba discursos insuperables en su potencia, seguía marcando la agenda del pueblo argentino, no me refiero a las clases medias, esa misma que en Bolivia fue parte del golpe del 2019, me refiero a “Los Nadies”. Ella era muy querida por “los nadies” y por eso hoy los lobos deben estar festejando.
El legado de Hebe Bonafini
Si hoy se fueran algunos “líderes”, incluso votados por el pueblo, creo que dejarían, decepción y desilusión, con lo que ellos implica en las generaciones jóvenes siempre esperanzadas y dispuestas a luchar. Hebe nos deja el ejemplo de haberse parido ante la peor adversidad, y a la vez, haber podido mantener la ternura, la sonrisa y su gran carisma.
Nos dejó democracia, en tiempos en que nos quieren hacer creer que no sirve para nada el sistema democrático, aún con sus grandes falencias y agujeros, con el objetivo de que vuelvan con otros rostros, los mismos que desaparecieron a una generación de argentinos. Vivimos en democracia gracias a un grupo de mujeres que pateó la Plaza de Mayo durante el tiempo que duró la dictadura militar del 76.
Hebe es un ejemplo de ser humano porque no solo lucho por obtener juicio y castigo contra quienes desaparecieron a sus hijos durante la dictadura del 76, sino que se embanderó en todas las luchas de los “Los nadies”, las mujeres, los pueblos originarios, la diversidad sexual, los villeros, etc., y fue por todo. Fue a fondo y visualizó el origen de las injusticias, lucho contra un sistema de opresión colonial, capitalista y patriarcal. No solo lo señaló, sino que lucho contra ello y se la jugó.
En ese preciso momento, es que Hebe se convirtió en la madre de todas las batallas, empezó a incomodar y la empezaron a llamar “violenta” por su capacidad de señalar lo que hay detrás de lo que es invisible a los ojos, de revelar al enemigo y señalarlo al traidor. Pasaron de llamarla “Loca” por denunciar la desaparición de sus hijos en dictadura, a “violenta” en democracia por denunciar las injusticias y desigualdades, y señalar a sus responsables directos, eso sucedió.
Nos deja un invaluable capital de DDHH, que se construyó en más de 45 años de resistencia y lucha, que es único en el mundo. Si, ningún país tiene eso, nadie juzgo a genocidas que participaron de la “Operación Cóndor” en América Latina. Incluso, en Bolivia tras el golpe del 2019, con todas las herramientas sobre la mesa y un pueblo que se la jugó, hoy los golpistas están en cargos políticos importantes.
Es muy conocida la solidaridad de Hebe con el pueblo boliviano, fue la primera en hacerlo durante los conflictos del 2019. Y ante la pregunta de en cuanto tiempo creía que se podía recuperar la democracia en Bolivia, ella respondió: “Hace 45 años que nosotras, las madres, venimos luchando”, dejando en claro que la única lucha que se pierde, es la que se abandona.
Hebe nunca pactó con nadie, recuerdo que ni siquiera quiso cobrar la reparación económica del estado, por sus hijos desaparecidos a la que tenía derecho. Nos deja el ejemplo de la grandeza de un ser humano, una mujer luchadora e incansable hasta el final, que se parió a sí misma, que no tenía miedo, o que lo tuvo seguramente en algún momento como cualquiera, pero que eso no la paralizaba.
Se supo parir a sí misma, lo que nos demuestra que si bien uno nace bajo ciertas condiciones de clase, género, cultura, etnia, color de piel, sexualidad, etc., a través de ciertas circunstancias dolorosas o trágicas de la vida, es capaz de parirse, reinventarse y levantarse de las cenizas, incluso hacer historia.
Algo que caracterizaba a Hebe, es que cualquiera se le podía acercar en la Plaza de Mayo, no era de esos “líderes o dirigentes” que se aíslan del pueblo, nunca perdió ese contacto, siempre estuvo junto a su pueblo. Gracias Hebe.
Jallalla Hebe