Entre el 22 y 25 de noviembre de 2022 se realizó el Segundo Encuentro Abya Yala Soberana en Ciudad de Guatemala. Su clausura coincidió con el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia hacia las mujeres, que en el país centroamericano se convirtió en una jornada de protesta en diversos poblados por el fin de la discriminación estatal frente a las comunidades Garífunas, y la exigencia de la inmediata liberación de la exfiscal anticorrupción, Virginia Laparra, quien por hacer su trabajo, lleva 6 meses detenida por el régimen oligárquico de Alejandro Giammattei. Las marchas de mujeres también reivindicaron el término de la violencia sexual y elevaron lemas como la «Plenitud de vida para las mujeres mayas y sus pueblos, trascendiendo las violaciones y el racismo».
Uno de los organizadores del evento, el líder y dirigente indígena y campesino Jubenal Quispe, señaló que, “Teníamos la expectativa de, por lo menos, reunir a las diferentes organizaciones y a la misma cantidad de países que participaron en el primer encuentro del 2021. Entonces juntamos entre 120 y 140 voces de diferentes organizaciones provenientes de 14 países. Hoy tenemos 189 representantes de 16 países, la mayoría de Guatemala”, y agregó que, “Este año la novedad fue la asistencia de casi 90 comunicadores de 14 países”.
-¿Qué esperaban del encuentro?
“Concentrar la atención de los participantes en el tema de la decolonialidad. Al respecto, estamos satisfechos porque los expositores que invitamos para que pudieran acompañarnos en la reflexión participativa de la decolonialidad atrajeron mucho la atención. Lo mismo ocurrió con las mesas de Comunicación decolonial, y Movimientos y pueblos y una nueva geopolítica desde la perspectiva de la decolonialidad”.
-¿Quiénes expusieron entre tantas y tantos?
“Por las tardes realizamos presentaciones itinerantes con, por ejemplo, Ramón Grosfoguel, que es un reputado sociólogo puertorriqueño, y se trató el tema de los movimientos sociales urbanos contemporáneos en compañía de la feminista, académica y activista mexicana Karina Ochoa”.
Respecto de la problemática de la comunicación social, Jubenal Quispe explicó que, “Para los neoliberales de derecha como de izquierda, las iniciativas disruptivas como el movimiento indígena y campesino de Guatemala, CODECA (Comité de Desarrollo Campesino), provocan que se erija un cerco, un silenciamiento de nuestros quehaceres. De hecho, a la actividad que acabamos de cerrar, no vino ningún medio de prensa nacional. Y ojo que acá existe prensa financiada por ONG y no estuvo”, y añadió que, “Entonces, ante la ausencia de incluso la prensa alternativa de la izquierda tradicional, hemos decidido convertirnos nosotros mismos en comunicadores. En este sentido hemos aprendido que si los defensores de derechos no nos constituimos al mismo tiempo en comunicadores, nuestras luchas, por más potentes que sean, tienden a fracasar”.
Quispe aclaró que, “Los movimientos disruptivos, como puede ser CODECA, que incluso ha sido estigmatizado como subversivo, no son cerrados, ni sectarios, como suelen difamarlos los medios corporativos y alternativos tradicionales, sino que, por el contrario, son muy abiertos al encuentro, la tertulia, y muestra de ello es que han sobrevivido en tiempos mucho más difíciles que los actuales”.
-Otra dimensión del debate que buscaban fue la plurinacionalidad…
“CODECA se ha articulado en un espacio sobre la plurinacionalidad, donde se ligan agrupaciones que vienen trabajando el tema desde hace tres años. Pero en esa discusión se resisten a participar la izquierda política tradicional y las ONG”.
El organizador de pueblos, Jubenal Quispe, puntualizó que, “El mensaje que queremos dejar con el segundo encuentro continental de Vida Soberana es que urge articularnos entre todos los movimientos. Solos no vamos a avanzar ni nos aproximamos a la disputa por el poder político. Asimismo, en Guatemala sabemos que por más que nos unamos todas las organizaciones y procesos del país, tampoco podremos prevenir los golpes de Estado instigados por los enemigos de las transformaciones profundas, si es que no estamos articulados de manera continental para llegar a reaccionar simultáneamente y lograr defendernos y hacer valer la voluntad popular expresada en las urnas”.
-¿Qué se entiende básicamente por decolonialidad?
“La decolonialidad es una propuesta para superar la modernidad occidental capitalista, y desde una perspectiva política es esencialmente plurinacional, es anti-Estado Nación. No se puede hablar de decolonización en ningún rincón de Abya Yala o de América, sin la capacidad previa de transitar/superando los Estados naciones, que son maquinarias de dominación y colonialismo interno por parte de los agentes de la civilización de la muerte. Aquellos republicanos o bicentenarios que, viendo que los Estados Nación se están cayendo a pedazos, quieren andar los caminos de la decolonialidad, tendrán que apostar por un proyecto de Estado distinto, uno que supere al Estado mono-cultural propio del Estado Nación que tanto daño ha hecho a nuestros pueblos. Y eso se llama Estado Plurinacional.
La pregunta fundamental es, ¿cómo nos decolonizamos los sujetos colectivos e individuales que estamos apostando a procesos de cambio estructurales en el continente? Porque si esa cuestión sólo se trabaja como una demanda hacia el Estado existente hoy, por más buena voluntad que tengamos, terminamos reproduciendo repúblicas plurinacionales, pero con contenidos netamente nacionales y modernos.
Igualmente, ¿cómo nos planteamos el Buen Vivir en el horizonte de los nuevos proyectos de cambio, ya sea a través de nuevas constituciones, o bien nuevas instituciones que emerjan de una nueva coyuntura del continente? El horizonte de sociedad de los pueblos, comunidades o instituciones decolonizadas no puede ser la modernidad. Nuestro horizonte tiene que ser algo más allá de la modernidad”.