Como parte de una campaña de dos semanas, 25 personas del movimiento Rebelión Científica comenzaron una protesta el miércoles a las 14:45 h en la Autostadt Wolfsburg contra el poder de influencia de la compañía Volkswagen (VW) en materia climática. Procedentes de 12 países europeos, los miembros de este movimiento climático pegaron artículos científicos de gran tamaño en la fachada del vestíbulo.
Su objetivo: denunciar la inacción de los gobiernos europeos ante la crisis climática y el retraso en la reforma del sistema de transportes. Vestidas con batas de laboratorio, las personas involucradas derramaron sangre falsa biodegradable en la entrada del edificio y desplegaron pancartas con la frase: «Lobbies = Corrupción = Crisis climática», “Unidos contra el fracaso climático” y “1,5ºC = Ficción política”, en referencia al fracaso ante el compromiso de mantener el calentamiento global por debajo de 1.5ºC, del Acuerdo de París en 2015. Además, 14 científicos y científicas entraron en el Pabellón Porsche y se pegaron con superglue al suelo delante de los coches de lujo para exigir un límite de velocidad de 100 km/h mientras sus compañeros y compañeras empapelaban el pabellón con más artículos científicos.
El CEO de la Autostadt ha conversado personalmente con las científicas y científicos que ya llevan unas 5 horas pegadas al suelo frente a los coches de lujo.
«VW tiene el mayor número de representantes de grupos de presión de todas las empresas automovilísticas en Bruselas. Esto les cuesta más de 3 millones de euros al año. Así es como se influye en los procesos legislativos a nivel europeo. El lobbyismo no es más que una palabra para encubrir la corrupción: esta pérdida de democracia contribuye significativamente a la escalada de la crisis climática», dice el Dr. Sébastien Triquenaux, ingeniero del Centre national de la recherche scientifique (CNRS).
«Los representantes de los lobbies de las empresas automovilísticas tienen los números de teléfono de los políticos y, por tanto, un medio de intercambio constante. Mientras tanto, las personas más afectadas por la crisis climática, como los niños, los jóvenes y los habitantes del Sur Global, no pueden influir en absoluto en los procesos políticos en Alemania. Esta enorme injusticia debe cesar«, afirma la Dra. Nana-Maria Grüning, bióloga de la Clínica Universitaria Charité de Berlín.
“Volkswagen nos ha mentido sobre los niveles reales de emisiones de sus motores diésel y sigue mintiendo cuando afirma que serán neutros en carbono para el año 2050. VW se basa en programas de compensación de carbono cuya eficacia es muy dudosa. VW debe poner fin a sus tácticas de green washing y a sus presiones, que retrasan la acción climática urgente«, añade el Dr. Gianluca Grimalda, psicólogo social del Instituto de Kiel para la Economía Mundial de Kiel.
Estos años VW ha gastado más de 6,5 millones en grupos de presión en Berlín para oponerse a medidas de protección del clima como el límite de velocidad de 100 km/h o el billete de 9 euros para el transporte. Con ello, VW está contribuyendo al fracaso del acuerdo climático de París. Hay que informar a la población sobre la urgencia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que existe la posibilidad real de una catástrofe global.
Mediante sus acciones de resistencia civil, Rebelión Científica, una coalición de científicos internacionales fundada en 2020, exige una acción inmediata para limitar los crecientes impactos de la crisis climática a escala nacional e internacional. Según declaraciones de la organización, la comunicación científica tradicional y la defensa de las políticas ya no son suficientes ante la emergencia planetaria.
Estos días sus acciones no han dejado de sucederse. El pasado domingo, y como parte de la coalición «Unite Against Climate”, los académicos y académicas que integran parte de la coalición «Unidos contra el fracaso climático» activaron la alarma contra incendios durante la Cumbre Mundial de la Salud que se celebraba en Berlín. Aquella vez también pegaron publicaciones científicas sobre la crisis climática, acto que ya constituye un símbolo del movimiento. El lunes, protestaron junto con «Deuda por el clima» ante el Ministerio de Finanzas, pidiendo la cancelación de la deuda para el Sur Global. El martes, junto con «Padres contra la industria fósil», protestaron frente al Ministerio de Transporte para exigir un límite de velocidad y la reintroducción del billete de 9 euros para el transporte público.
Junto a Rebelión Científica, esta campaña en coalición de resistencia civil está integrada por los grupos Letze Generation (Última Generación), Debt for Climate (Deuda por el Clima), End Fossil Occupy (Acabar con los fósiles) y Jetzt oder Nie – Eltern gegen die Fossilindustrie (Ahora o nunca – Padres contra la industria fósil.).