POEMA
Ya no tengo lágrimas
para llorar.
Mis ojos secos
cerrados están.
El dolor de la guerra
me hace buscar
un mundo distinto
con el que soñar,
una canción sincera
para saber volar.
¿Acaso el mundo
con esta impunidad
no se estremece
de tanta maldad?
En cada palabra,
un suspiro a la verdad.
En cada poema
un grito a la Paz.
En cada poro de mi piel
un aliento para amar.
¿Hay esperanza?
Sólo escucho el retumbar
de la pólvora marchita,
las balas hirientes
que silban para matar.
No escucho
a la paloma cantar,
tampoco el perdón
para poder parar.
Sólo siento una lágrima
que perfora mi alma
para hacerme llorar.
Ríos de sombra
de aguas agitadas por el mar
abren recodos en las venas
de aquellos que quieren gobernar.
¿Acaso no conocen
la palabra amar
que alumbra el universo
sin tanta maldad?
Se divierten en sus sillas
haciendo al mundo temblar
mientras el dolor
se extiende
como un virus mortal.
Y allá arriba, la Luna
llora sin parar
viendo como la Tierra
se hunde en lucha infernal,
llenando sus cráteres
con lagrimas de cristal.