POEMA
Esta tarde
de invierno primaveral
donde flota la pereza
y la suave caricia
de un sol brillante
con cálidos rayos
nos entregará, en una hora,
la dulzura nocturna
de una luz augusta
en las efímeras olas…
Luego, para adormecernos
con una sonrisa pacífica,
aceptemos la fortuna
de estas gotas de luna.