A 55 años de la caída del humanista revolucionario y comunista integral, Ernesto Guevara, el Presidente del Estado Plurinacional, Luis Arce Catacora, participó de su homenaje en Vallegrande, departamento de Santa Cruz, en la fecha y sitio donde el guerrillero heroico y parte de sus compañeros del Ejército de Liberación Nacional, ELN, fueron capturados por tropas del ejército y asesores estadounidenses el 8 de octubre de 1967.
En la ocasión, la representante de la solidaridad con Cuba, Zoia Coronado, expresó que, “hoy hacemos un compromiso de ratificación y desagravio a los médicos cubanos que fueron vilmente echados durante la dictadura (de Jeanine Áñez)”.
Por su parte, el embajador de Cuba en Bolivia, Danilo Sánchez, señaló que, “confirmamos nuevamente el amor del pueblo de Cuba por el pueblo de Bolivia, así como ratificamos nuestra compañía en el proceso boliviano de su revolución democrática y cultural”, y se refirió a que, “Los momentos son extremadamente difíciles en el mundo. En Cuba también vivimos situaciones complejas, cuando se incrementa el bloqueo económico, comercial y financiero del Gobierno de los Estados Unidos contra nuestro país. Vivimos hace 60 años en una trinchera de combate y logramos triunfar y también ayudar a otros pueblos, gracias a que tenemos la solidaridad, entre otros, de ustedes hermanos bolivianos. Quiero, en nombre de mi Gobierno y de mi pueblo, reiterar nuestra convicción de seguir trabajando junto a ustedes, junto a las organizaciones sociales, junto a las autoridades, para que la solidaridad mutua sea eterna, como lo quiso el Comandante Ernesto Che Guevara y el Comandante Fidel Castro”.
En su primera visita como Jefe de Estado al homenaje que se realiza todos los años en Vallegrande, Luis Arce indicó que, “estamos a 55 años de la presencia del Comandante Che Guevara en nuestro país. Ha pasado mucho tiempo y creo que todos los que hemos tenido la oportunidad de leer El Diario del Che en Bolivia, sus textos y, sobre todo su historia, sabemos que el Che, además de un gran escritor, es un gran ejemplo para todo revolucionario. Y ese ejemplo de vida, dedicación y constancia debe estar presente, en especial, en la mente de los jóvenes que buscan una transformación y un país más justo”, y agregó que, “Es muy interesante ver cómo el Che Guevara se dedicó a escribir incluso sobre el tema económico. Fue un gran estudioso de la economía política. Y al respecto, escribió muchísimas cosas que hoy siguen vigentes y que nosotros, como Gobierno nacional, no hemos perdido de vista. En varios de sus artículos el Che Guevara hizo mención a la industrialización, y nosotros, aquí en Bolivia, ya arrancamos con la industrialización”.
Asimismo, el Presidente Arce manifestó que, “El Che Guevara nos enseñó que ser revolucionario significa el desprendimiento de amor más grande que puede hacer una persona; y que la lucha por los más humildes y por transformar una sociedad injusta, una sociedad capitalista que sólo persigue el lucro, significa incluso dar la vida. Hay que dar la vida si es necesario para construir una mejor sociedad”, y añadió que, “También es preciso rendir un homenaje a esa generación de jóvenes que lo acompañaron. Recordar al Inti Coco Peredo, a Benjamín Coronado, Lorgio Vaca; a los mineros heroicos como Simeón Cuba, Moisés Guevara, en cuyas espaldas cargaron al hermano herido en un gesto imborrable de solidaridad combatiente. Porque los bolivianos también acompañamos la gesta que hizo el Comandante Che Guevara por estas tierras. ¿Cómo olvidarlos?”.
“El Che Guevara no ha muerto. Sigue siendo la luz para muchos de nosotros, para muchos revolucionarios y combatientes. Todos los que estamos aquí somos la muestra viva de que el pensamiento del Che Guevara no ha muerto. ¡El Che vive, la lucha sigue!, ¡Hasta la victoria siempre!”, terminó su intervención el primer mandatario de Bolivia.
Bajo la ofensiva y la barbarie de un capitalismo planetario en crisis multidimensional y cuyas fuerzas productivas se han convertido en criminales fuerzas destructivas de la naturaleza y la humanidad, en el centro andino de América Latina existe un pueblo y sus dirigentes que continúan acariciando la independencia definitiva y organizando las condiciones materiales, espirituales y sociales para la libertad.
Como si la estrella de Guevara fuera brújula y la dignidad fuera costumbre.