Para muchas personas, posiblemente haya pasado desapercibido un libro denuncia escrito por el periodista Jesús Cintora, que está siendo vetado en diferentes medios de comunicación por decir las cosas claras y no ocultar la verdad al ciudadano. Se titula “No quieren que lo sepas” y no tiene desperdicio alguno porque saca a la luz, con total transparencia, numerosos temas de nuestra política actual, ayudándonos a comprender cómo la corrupción, los intereses de partido, la justicia, los indultos que se realizan de espaldas a los ciudadanos… muestran la oscura trastienda y las cloacas que están presentes de forma continuada en nuestros dirigentes votados por todos y que de forma continuada lavan sus trapos sucios, que son muchos, en sus lavadoras de limpieza, con un mecanismo de ocultamiento sin precedentes a los ciudadanos y con un funcionamiento oscuro, que no interesa reparar a pesar de creer que estamos en una democracia.
Lo que nos habían prometido de cambiar ciertas leyes, como la electoral o la mordaza o la Constitución; de prohibir las puertas giratorias hacia empresas, sobre todo de energía y de otras multinacionales; el nombramiento de jueces por los propios partidos políticos… sigue siendo el pan de cada día. Y nos sorprenderemos con la cantidad de nombres y apellidos que Jesús nos muestra en su denuncia, tildados de corrupción o de beneficios en una España que sigue siendo el cortijo para unos pocos y un engaño para la sociedad. Mientras que no exista una Ley de Responsabilidad Política, donde claramente se vean las funciones y obligaciones, nada cambiará, y la política siempre será un negocio al que solo entrarán aquellos que sean sumisos y obedientes a su partido. A costa de un sillón, se convierten muchos de ellos en marionetas sin opinión propia.
¿A alguien le ha sorprendido que Rusia deje de mandar gas a Europa? Por lo que estamos viendo en los medios de comunicación, parece que se está criticando a dicho país por cortar su suministro. Resulta que estamos enviando armas a Ucrania para matar a rusos y criticamos a Rusia que nos corten el gas. Lo que sí es una vergüenza monumental es que Europa no haya apostado por la paz, no haya realizado esfuerzos diplomáticos para evitar esta confrontación, que la OTAN desde el primer momento haya mostrado las banderas de combate. Todos los diplomáticos de la Unión Europea deben dimitir por no cumplir con su trabajo y alentar en algunas ocasiones este conflicto bélico. El Gobierno de España debe dimitir en pleno por enviar armas para matar sin el consentimiento de los ciudadanos. Ahora dicen que lo vamos a pagar nosotros, que estamos en una economía de guerra. Qué fácil es ocultar las responsabilidades de los políticos y trasladarlas a los ciudadanos. Qué fácil es asustar a la población por la irresponsabilidad de sus decisiones.
Pero sigamos con No quieren que lo sepas. Contiene treinta capítulos, al cual más interesante y sorprendente. Ya en las primeras páginas nos dice con contundencia que: “Hacer llegar a los ciudadanos lo que ocurre debería ser la primera función de un informador. Pero algo tan sencillo como esto no siempre se hace. Se puede contar “la verdad” según quien seas y a quién repercuta. Es más, quienes tienen el poder de controlar a los medios de información pueden optar por trasladarle al pueblo la realidad propiamente dicha, pero también deformada, conforme a sus intereses, que pueden pasar, incluso, por intentar destruir a quienes han optado por relatar los hechos auténticos. Por eso se puede considerar hasta un acto de rebeldía que alguien decida contar lo que pasa. Asumiendo además que pueda haber resistencias, presiones y graves consecuencias”. Pues sencillamente esto es lo que le está pasando a Jesús por ser un periodista que dice la verdad, que no se calla, que cuenta lo que ve y que no oculta la realidad. Así estamos en esta democracia que oculta una dictadura informativa y política de consecuencias graves para la libertad de expresión y conocimiento de la verdad.
Nos habla de la corrupción de los altos cargos, de la Agencia tributaria, de los miles de aforamientos, puertas giratorias, de la desigualdad económica, de la precariedad del sistema sanitario, de la credibilidad del periodismo, de una justicia politizada al servicio de los políticos, de un Pujol impune, de las cloacas del Estado. Nos transcribe conversaciones de políticos corruptos, condenados e indultados después. Da nombres, habla de la existencia de mafias organizadas, de trajes a medida, de los bancos y sus intereses y cómo se mueven en el mundo político. Denuncia que según el recuento de la Fundación Civio, ha habido 231 indultos condenados por corrupción desde 1996 en su mayoría por malversación y prevaricación, siendo solo una pequeña parte del total de más de 10.000 indultos concedidos desde ese año en España. Hay que leer los datos que nos enseña Jesús y que, como bien dice el título del libro, quieren que no lo sepamos.
También en otro capítulo singular titulado “Hacienda no somos todos”, nos aclara muchos de los aspectos que los ciudadanos ignoramos y que entre ellos se tapan sus vergüenzas por no decir sus hurtos a la sociedad. Como falte un céntimo que no hayamos declarado a Hacienda, enseguida tenemos una carta certificada de la que no te puedes escapar con una «paralela». Pero hay muchos que no presentan millones, pero a quienes no les llega carta oficial algunas y en muchas ocasiones llegan a pactos inauditos.
Cintora nos adentra en el rescate a los bancos con el dinero de todos y en las muertes de los más de 35.000 ancianos abandonados en las residencias, sobre las que la Fiscalía no ha admitido la mayoría de las denuncias presentadas. Como ya he denunciado en algunas ocasiones, fueron unos días negros de los que aún no se ha aclarado ni se quiere aclarar lo sucedido. La salud y el Covid ocupan sus últimos capítulos, en una denuncia clara que no se ha escuchado en ningún medio de comunicación.
Al final nos sigue dejando un mensaje claro, una noticia como dice él mala: “En la comunicación todo está muy controlado. Más aún a un determinado nivel. Los poderes económicos y los políticos se aplican concienzudamente para controlar el mensaje”. Nos dice también: «los grandes medios de comunicación se encuentran en pocas manos, crecen los vetos, la censura, la autocensura, las medias verdades y la mentira… en definitiva, se extiende el capitalismo de amiguetes en el periodismo, al mismo tiempo que la precariedad y el chalaneo del periodista a su servicio. ¿Quién pierde? La sociedad.”
La valentía de Jesús ha hecho que sea vedado en programas de televisión y en muchos medios de prensa. Necesitamos periodistas como él, que nos informe de la realidad, la verdad, nos comunique la información de todo aquello que queremos saber para así poder decidir y estar bien informados. Hoy el ciudadano para tener una verdadera visión global, no solo tiene que ver las noticias que los medios informativos le dan, sino buscar también alternativas de prensa que las hay y valorar después los mensajes recibidos creando su propia opinión.
Es por ello que aconsejo la lectura de este gran libro, escrito por un periodista con dignidad y firmeza en su profesión, que ha optado por la verdad en lugar de ser manipulado por la falsedad.
Jesús me dedicó su libro y termino con su mensaje escrito en letras mayúsculas: “MUY AGRADECIDO POR SEGUIRME. VUESTRO APOYO ES CLAVE PARA CONTINUAR. OJALÁ SIEMPRE. ¡SALUD Y LIBERTAD! DE CORAZÓN.”