El discurso de Gabrile Boric, era esperado con curiosidad e interés, pues en el mundo entero se conoce a Chile como la patria de Salvador Allende. ¿Será este joven un segundo Allende? se preguntaban todos.
En síntesis, reconoció que Chile es uno de los países más desiguales del mundo y que eso es una amenaza para la democracia, por lo cual se debe distribuir mejor la riqueza.
Los índices favorables de crecimiento y desarrollo económico sólo son un promedio que favorece a los ricos que son muy pocos, mientras los pobres, la gran mayoría, siguen amolados.
Continuó expresando el Presidente de Chile que esta situación llevó a un descontento muy profundo que originó al estallido social de 2019, que fue una expresión del malestar frente a la desigualdad y los abusos.
Habló de la violencia sucedida durante el gobierno anterior, en el marco de las protestas, como la quema de estaciones de metro, y denunció la represión descontrolada por parte de las fuerzas del Estado, que dejaron muertos, heridos y más de 400 personas con trauma ocular, “una grave violación a los derechos humanos que debe ser reparada”.
Pero no dijo que durante su gobierno también los carabineros han dejado a unos dos jóvenes con trauma ocular. Menos mal que todavía no hay ciegos, pero este gobierno le ofrece toda su confianza a los carabineros y al general jefe de los mismos.
Antes de terminar su participación, Boric expresó que para resolver los problemas de muchas sociedades, se requiere más democracia y no menos; incentivando la participación y no restringiéndola; fomentando el diálogo y no censurándolo.
Nada muy original, como ustedes pueden ver. Generalidades que nadie niega aunque no las practique.
Y dijo que el pueblo chileno quiere una nueva Constitución y que esa exigencia se cumplirá, pero sin señalar cómo.
Hablando de que la nueva Constitución fue rechazada por una gran mayoría, expresó que esto demuestra que los chilenos demandan cambios sin poner en riesgo sus logros presentes, un mejor futuro sin crear nuevas inseguridades. “Un futuro de cambio con estabilidad.”
Esta es una posición que planteaba la derecha, que hubiera cambios con seguridad, sin perder los beneficios ya obtenidos ¿Cuáles beneficios me pregunto yo, en el país más desigual del mundo, como ha reconocido su propio Presidente? Esto último es una interpretación que hace Gabriel Boric. Ha habido cientos de análisis sobre el resultado negativo del Plebiscito que se pronunció en contra de la nueva Constitución. No hay duda de que este es un resultado desastroso para el gobierno, que se jugó por la aprobación. No es lógico que Boric y sus asesores pretendan lo contrario, pues nadie se lo cree y menos los miembros de las Naciones Unidas.
Se refirió el Presidente de Chile, de manera preferente, a los derechos humanos universales y sobre este punto señaló que la injusta invasión de Ucrania por parte de Rusia, había traído una gran crisis económica al mundo entero y solidarizó con Ucrania.
Pues hay una gran parte de los gobiernos y de los habitantes del planeta, que opinan que Rusia invadió Ucrania como respuesta a casi ocho años de asesinatos y destrucción criminal en la región de habla rusa de Donbás, en su frontera. Es bien conocido que entre los ucranianos de la parte Oeste, hay un predominio absoluto del nazismo y que norteamericanos y europeos los están ayudando mandándoles armas en cantidades masivas. Por lo tanto, la actitud más prudente y equitativa no es tomar partido en contra de Rusia, que es la que han adoptado los principales líderes latinoamericanos. Porque quienes nos han explotado siempre y han promovido numerosos golpes de Estado contra los gobiernos que no les son serviles, especialmente el golpe cívico militar de 1973, fueron los gringos. ¿Por qué entonces ponerse a su lado en cualquier conflicto internacional? Que lo hagan los europeos por razones económicas, pero los latinoamericanos no tenemos por qué meternos en ese conflicto que nos es ajeno.
Boric se metió más a fondo en asuntos internacionales, al decir que no se deben “naturalizar las permanentes violaciones a los derechos humanos contra el pueblo palestino, haciendo valer el derecho internacional y las resoluciones que año tras año esta misma Asamblea establece que conduzcan a su derecho inalienable a establecer su propio Estado libre y soberano, como también a garantizar el legítimo derecho de Israel a vivir dentro de fronteras seguras e internacionalmente reconocidas “.
Esta postura ha sido muy criticada, pero yo la encuentro justa. Aunque es evidente que se debe a que la comunidad palestina en Chile es la más grande del mundo. Incluyendo a inmigrantes de primera generación y a sus descendientes, suman alrededor de 500.000 personas.
Sobre Cuba, no dijo nada y de Venezuela, muy poco. Que la crisis humanitaria que existía allí, había dado origen a una crisis política con numerosos migrantes que incluso llegaban a Chile. Y que desgraciadamente estos migrantes habían sido objeto de ataques por parte del pueblo chileno.
La verdad es que todos sabemos que la crisis humanitaria que hay en Venezuela se debe a que los norteamericanos les han bloqueado sus cuentas en dólares y ya no pueden comprar ni vender nada. La mayoría de los venezolanos que llegan a Chile son personas de clase media o alta, enemigos del gobierno de Maduro y han provocado en Chile muchos problemas al aplicar sus métodos violentos y agresivos. Pero los yanquis ya atacan menos a Venezuela porque les hace falta su petróleo. Han propuesto retirarle las sanciones, aunque con ciertas condiciones.
Desde luego, los jefes de Estado que asistieron a la Asamblea General de la ONU, pronto se dieron cuenta de que Gabriel Boric no era un nuevo Allende. Pero claro, no le pidamos tanto, no seamos injustos, se dijeron los asistentes y varios aplaudieron.