Entrevistamos al Diputado humanista Tomás Hirsch para conocer su visión del fracaso que se dio en las urnas al proyecto constitucional plebiscitado este domingo en Chile, en el intento por reflexionar lo más ampliamente posible al respecto.
¿Por qué el triunfo del Rechazo?
Creo que es muy difícil todavía hacer un análisis acabado y con certezas sobretodo respecto del por qué de este resultado. Lo que está claro es que fue una derrota muy fuerte para el Apruebo, para quienes aspirábamos a tener una nueva Constitución democrática y garante de derechos en nuestro país. Y por cierto que es un resultado que duele.
Al mismo tiempo, y lo tengo que decir desde el comienzo de esta entrevista, para quienes hemos luchado durante más de 40 años para tener una Constitución democrática en Chile y dejar atrás el legado de Pinochet, quienes fuimos detenidos por esta lucha durante los años de la dictadura, quienes tiramos a la basura esa Constitución de Pinochet en nuestras campañas presidenciales, tener que seguir impulsando esta demanda social uno o dos años más, en ningún caso nos inmovilizará. Las tareas, las luchas, los desafíos de humanización no se detienen ante aparente fracasos. Me vienen a la memoria las palabras de Silo cuando decía: “Hemos fracasado pero insistimos, insistimos porque volamos sobre las alas de un pájaro llamado intento”. Y no es una simple frase, sino que tiene que ver con una convicción, con un propósito de vida que nos impulsa a seguir trabajando para cambiar un sistema profundamente inhumano.
Volviendo al tema, respecto a por qué el triunfo del Rechazo, creo que es una cuestión compleja y multisectorial. Desde errores cometidos en la Convención, cuando comenzara y generara una desafección importante. Desde el primer día, cuando por un lado nos conmovimos con el discurso de Elisa Loncón y por otro lado se dio un espectáculo de algunos convencionales que no dejaban que la Convención trabajara. Hasta otro momento en el que se filtró un audio del Secretario de la Convención en el que le preguntaba a la Presidenta “¿Qué hacemos con este circo?”. O las mentiras de Rojas Vade que impactaron muy fuertemente a la gente, cómo esa candidatura se había construido desde una mentira, pasando por el que votaba desde la ducha… bueno, en fin, no sé si vale la pena tanto detalle, pero claramente hubo situaciones en la Convención que generaron distancia.
En segundo lugar, hay que decirlo, desde el primer día hubo una campaña de la élite política, y sobretodo económica, de los poderosos de este país, de quienes han controlado el proceso en Chile, una campaña brutal e intensa de desacreditar, descalificar, la posibilidad de tener una nueva Constitución de derechos en Chile, y eso fue calando porque usaron todos los medios de los que disponen: medios de comunicación, redes sociales con una campaña millonaria. De hecho, mientras damos esta entrevista, hay congresistas de USA que están reclamando a los CEO de Facebook, Twitter, y demás redes que se pronuncien respecto de la campaña de desinformación y fake news que se llevó a cabo en Chile.
Por otra parte creo que el voto fue un voto más de sensación que relacionado con el contenido, aún cuando hay factores en el contenido que generaron dudas y temores acrecentados por esta campaña de desinformación: que la gente iba a perder su casa, que les iban a quitar los ahorros previsionales, que no se iba a poder transitar libremente, que los iban a juzgar con un sistema diferente, todas cuestiones que son absolutamente falsas, pero que sin embargo pegaron fuertemente en ciertos temores que son atávicos para la gente.
Hay otro factor, y es que de algún modo se tendió a relacionar el Apruebo con el apoyo a este gobierno y si uno mira los resultados, según las encuestas, la valoración del Presidente anda por el 37 o 38% que es, milimétricamente, el resultado del Apruebo. Es decir que hay una correlación directa.
Otro factor que se puede tomar es que esta vez el voto fue obligatorio y al ser obligatorio, participaron millones de personas que normalmente no lo hacían, que en general son los sectores más desinformados, más desencantados, con más rechazo hacia el sistema y las condiciones de vida en las que están, y por lo tanto no me llama la atención que con su voto expresaron también el rechazo a un sistema en general y a la obligación, además, a tener que ir a votar.
Entonces creo que es la suma de estos factores.
Lo más curioso de todo es que a mí me parece que el texto propuesto por la Convención, es un muy buen texto que iba en beneficio de inmensas mayorías de nuestro país. Y por lo tanto, uno puede encontrarse con la contradicción o incoherencia de que los sectores que se veían posiblemente beneficiados por el derecho al agua, por el reconocimiento de los pueblos originarios, por la paridad de género, y por tantos otros temas, aparecen votando en contra. Y eso habla de una profunda desinformación, asociado al modelo del neoliberalismo, que instaló la creencia de que se va a perder lo que se tiene, que es bastante ilusoria, pero es parte de lo que opera en este modelo.
Ante este fenómeno avasallador se quedaron cortas todas las encuestas, irrumpiendo un Rechazo que es casi como un nuevo y diferente “estallido” de conservadurismo. ¿Qué consecuencias crees que tendrá?
En primer lugar no estoy de acuerdo con que estemos frente a un “estallido” de conservadurismo, no estamos frente a un “estallido”, el estallido fue el despertar de un pueblo entero, de un país que se levantó contra la injusticia, el maltrato, contra la falta de dignidad y que exigió un cambio profundo en nuestro país en octubre del 2019, que se sintetizó en la demanda por una nueva Constitución. Así es que no es un estallido lo que estamos viviendo y tampoco es de conservadurismo, porque no corresponde a una demanda por un sistema más conservador, con menos transformaciones. Acá lo que hay es mucha desinformación, temor, individualismo basado en falsas amenazas. Eso es lo que ha estado más presente, mucha desinformación respecto del contenido dela nueva Constitución y, lo que hubo, fue más bien un sentimiento. Una sensación que operó y no un rechazo a tal o cual contenido, por cierto estando también eso presente, pero creo que lo que operó fue una sensación generalizada en relación a lo que fue el proceso de la Convención.
Tomando en cuenta lo anterior, creo que sería un tremendo error si cualquier sector político pretende sacar ventaja respecto de este resultado. La derecha se equivocaría mucho si pretende atribuirse el triunfo. No hay que olvidar que para que triunfara el Rechazo, tuvieron que esconder a todas las figuras emblemáticas de ese mundo, desde el que fuera su candidato presidencial, José Antonio Kast, pasando por el ex-Presidente Sebastián Piñera, y toda la dirigencia política de derecha estuvo totalmente oculta y se camuflaron con la puesta en escena de personas que provenían del mundo de la centro izquierda, de la ex-Concertación, pero que sabemos que formaban parte de lo que se conoció como el Partido del Orden, es decir, quienes mantuvieron y profundizaron el modelo neo-liberal durante los últimos 30 años. Creo que hay que ser cuidadoso al pretender asignar el triunfo a un particular sector político porque eso no fue así.
Eso no quita que en el mundo de quienes aspiramos a cambios profundos del modelo que acá hay, no tengamos que hacer una reflexión, una autocrítica de cómo conectarnos, cómo comunicarnos, cómo acercarnos al corazón de amplios sectores sobretodo populares y del mundo rural y del mundo indígena y de distintos mundos de trabajadores, etc. .. a quienes claramente no logramos llegar con nuestro mensaje.
Estarán los problemas de los medios de comunicación, los del fake news, los miles de millones de pesos con los que contó la derecha y el rechazo, pero independientemente de eso, tenemos que hacer una autocrítica y una evaluación, sin darnos de latigazos, sin indicar con el dedo ni culparnos unos a otros. Pero sí aprender de esta situación para ver cómo enfrentar procesos futuros, porque lo que no me cabe duda, es que este proceso continúa.
¿Cómo avisoras la continuidad del proceso de transformación constitucional en Chile?
El proceso constitucional tiene que seguir y va a seguir. Porque la Constitución de 1980 está muerta. Hoy día si bien sigue vigente desde un punto de vista legal, ya perdió toda validez. Ya nadie la reconoce como marco para el desarrollo futuro de nuestro país.
En segundo lugar porque el compromiso asumido después del Plebiscito de entrada fue de avanzar hacia una nueva Constitución. Un 80% de las y los electores se manifestaron por tener una nueva Constitución y además dijeron que debe ser redactada por una Convención 100% electa.
Por eso en este momento decimos que va a haber una nueva Constitución, tiene que ser generada por una Convención, esta tiene que ser 100% electa, tiene que ser con paridad puesto que ya nunca más se va a permitir que haya procesos en los cuales no exista una absoluta paridad de género, tiene que haber participación de los pueblos originarios, ya que nadie puede aceptar en Chile que queden excluidos, y tiene que haber participación de los independientes y las diversidades de nuestro país.
Habrá que definir cuestiones prácticas, fechas, cuántos convencionales, cómo se eligen… en fin, hay muchas cuestiones que ya estamos conversando entre los distintos partidos políticos y organizaciones sociales, pero lo que está claro es que el proceso continua hasta que tengamos una nueva Constitución.
Si bien el nuevo proceso tiene que comenzar desde una hoja en blanco, no me cabe duda que el texto emanado de la Convención que acaba de terminar, es un excelente insumo para recoger desde ahí los muchísimos derechos que se establecieron y que seguramente serán recogidos.
En definitiva, lo que ha pasado es que este proceso va a demorar más de lo que quisiéramos, se va a retrasar uno o dos años, pero no tengo ninguna duda que en Chile vamos a tener una Constitución generada en democracia, con paridad de género, con participación de los pueblos originarios, y que establezca que tenemos un Estado garante de derechos para todas y todos.