Con votación obligatoria -mientras todas las últimas elecciones fueron mediante voto optativo- fue rechazada la propuesta de una nueva Constitución para Chile en el Plebisicito nacional celebrado hoy, 4 de septiembre.
Si bien el 78,27% de los votantes habían aprobado en Octubre pasado la posibilidad de que una Convención Constitucional redactara una propuesta de carta magna para el país, aquella que ha sido presentada fue rechazada hoy por una contundente mayoría. Estando el 98,44% de las mesas escrutadas, los resultados dan 7.768.020 votos a favor del Rechazo -equivalentes al 61,90 por ciento- mientras que la opción Apruebo recibe 4.780.706 votos, equivalentes a un 38,10 por ciento, cuando más del 75% de los chilenos y chilenas concurrieron a votar dentro y fuera del país, marcando más de 12 millones de votos.
¿Es que la propuesta constitucional era demasiado avanzada para los tiempos que corren? ¿vanguardista en exceso, proponiendo la paridad de género, los derechos de la Naturaleza, de los seres sensibles con quienes compartimos los territorios, los maritorios? ¿es que la plurinacionalidad y el reconocimiento de los derechos de nuestros pueblos originarios suscita resistencias insalvables? ¿es racismo derechamente? ¿y también machismo?¿se rechaza la educación gratuita por la que tanto se ha luchado, la salud gratuita, las pensiones dignas? ¿los derechos sociales ya no nos interesan?
¿O este resultado electoral es un castigo a la clase política que intervino en exceso en este proceso, que ya desde el despertar social quiso canalizar por vía institucional las fuerzas emergentes y luego adelantó que reformaría el texto a su parecer? ¿es un voto castigo a los mismos miembros de la Convención y sus traspiés en este proceso? ¿o acaso es que el gobierno ha sido asociado a la opción que menos votación recibió, siendo calificado con una aprobación decreciente?
¿Será que quienes nunca votan, ahora se han despachado con un rechazo contundente hacia la obligatoriedad de concurrir y participar, expresando su total desinterés por la política?
¿O más bien se han sacado la careta las fuerzas conservadoras, que enlentecen siempre los procesos de cambios? Son quienes defienden sus propios intereses o, si no los tienen, aspiran a ellos. ¿Será entonces esa mezcla de individualismo, neoliberalismo y competencia que tanto arrecia en nuestra sociedad? ¿ha sido ignorancia, desconocimiento, miedo?
El hecho es que el proceso a favor de una evolución más interesante se ha frenado y con este resultado acá en Chile nos veremos entrampados, postergando quizá varios años los cambios sociales que tanto necesitamos.
Nos hará falta reflexionar con tranquilidad para poder comprender bien y en su raíz lo ocurrido. Sin apurar conclusiones, necesitamos atender muy bien las motivaciones de quienes rechazaron esta tan innovadora propuesta constitucional, dejando el proceso de transformaciones en un compás de espera.